miércoles, 8 de junio de 2011

DERRAMAMIENTOS DEL ESPÍRITU SANTO


El Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez, predicando
sobre el DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU SANTO.

Versículo clave: “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo” Hechos 10.44-45
Dios en su infinita misericordia planeó varios derramamientos del Espíritu Santo, no solamente sobre judíos, sino sobre gentiles, para darnos enseñanza de las riquezas que ha preparado para nosotros, entre otras, el de ser bautizados en el Espíritu Santo.

INTRODUCCIÓN
A lo largo de este blog, hay una meta, dejar claramente demostrado con fundamento bíblico que el BATISMO EN EL ESPIRITU SANTO, es una bendición para todos los cristianos; en todos los tiempos y en cualquier lugar.  Hechos 2.38-39 dice: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”.
JESUCRISTO ESCUCHA A UN GENTIL.
El libro de Hechos 10, narra de una manera magistral, el momento en el cual, Dios despierta el espíritu de un hombre gentil, quien  busca el rostro del Señor en oración y ayuno. Y Dios le escucha.
Dice Hechos 10: 1-4: “Había en Cesárea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana,  piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio.  El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios

Es un privilegio saber que Dios escucha a un gentil del mismo modo que a un judío, y es que el Señor no hace acepción de personas. Con razón que dice:  Deuteronomio 10:17: “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho”

PEDRO ES CAPACITADO PARA MINISTRAR A GENTILES.
Y mientras Dios trata con Cornelio, trata al mismo tiempo con el apóstol Pedro;  quien como buen gentil, jamás había entrado a la casa de algún gentil, y que hasta ese momento creía como los demás judíos convertidos al Cristianismo que la salvación era únicamente para los judíos.
Pero dice Hechos 10.9-17: “Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta”.
Así que, a las 12 del día, Pedro está orando y ayunando, en la azotea de la casa de Simón el curtidor en Jope cuando le sobrevino un éxtasis. Aquí es importante notar cómo Dios nos habla en medio de nuestras experiencias personales. Pedro tenía una gran hambre física y en el éxtasis ve animales cuadrúpedos, terrestres y reptiles y escucha la voz: “Mata y come”. Dicha visión se repite por tres veces.
¿A qué se refería el Señor? A los gentiles que hasta entonces eran llamados inmundos, pero que ahora por la sangre de Jesucristo derramada en el Calvario, eran hallados dignos de entrar a la presencia de Dios y ser parte del Cuerpo de Jesucristo. Pedro había sido preparado por el Señor para ir y ministrar en casa de gentiles también.
HUMILDES DE CORAZÓN OBEDECEN.
Una vez que Cornelio recibe la orden del ángel de enviar a traer a Pedro hasta Jope, Cornelio de inmediato obedece. Y es que para obedecer a Dios se requiere tener un corazón humilde. Hay que aprender a obedecer si queremos participar de las labores del Reino. He aquí la narración bíblica. Dice Hechos 10.5-8: “Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asistían; a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo”.
¿Cuántas veces Dios nos ha ordenado hacer algo, pero no hemos obedecido. Si Dios te dijo que hicieras algo y no lo has hecho, no esperes que Dios te dé nuevas indicaciones. Cornelio obedeció, y la bendición llegó a su casa.

UN JUDIO ROMPE LOS PREJUICIOS RACIALES
Es que si no es Dios, nadie puede romper nuestros prejuicios raciales y religiosos. Ahora Pedro recibe una orden directa del Señor. EL Espíritu Santo trabaja de manera maravillosa. Dice Hechos 10.17-20 dice: “Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado”.
Que privilegio para un hijo de Dios, y particularmente para un apóstol, que el Espíritu Santo de manera directa le ordene hacer algo concreto. Pedro recibió la orden de ir a la casa de Cornelio, entrar a la casa de un gentil y compartir la Palabra de Dios. Rompió sus prejuicios raciales y religiosos.           
Dice Hechos 10. 24.29:”  Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos. Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró.  Más Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?”
UN AUNTENTICO SIERVO REPUDIA SER REVERENCIADO.
Es grotesca y repugnante la sed de exaltación que la jerarquía romana tiene. A todos desde el pontífice hasta el cura raso y pueblerino tienen urgencia de que les besen la mano, se arrodillen ante ellos y les llamen “reverendo padre” o peor blasfemia “santo padre”. Cuando Pedro llega a la casa de Cornelio, éste sale a recibirle con muestras de adoración, misma que Pedro rechazó tajantemente. Dice Hechos 10.25-26: “Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre”.
De aquí que, en las iglesias cristianas evangélicas que estamos en el mover de la restauración, aún el título de “reverendo” lo hemos depositado en el basurero. La gloria es para el Señor.
AL PREDICAR A JESUCRISTO,  SE DERRAMA EL ESPIRITU.                                                                              
Y llegamos al meollo de este capítulo. Pedro se pone a predicar a Jesucristo, y mientras él predica, se derrama el Espíritu Santo sobre todos los que estaban escuchando el mensaje del Evangelio. Dice Hechos 10.44-45: “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo”.
Notemos que todos los que estaban presentes fueron bautizados con el Espíritu Santo y hablaron en otras lenguas, como una manifestación inicial de haberlo recibido.
LOS GENTILES HABLAN EN LENGUAS, COMO LOS DE JOPE.
Debe tomarse nota de lo que dice la Palabra respecto de los cristianos de Jope, quienes antes, habían recibido el bautismo en el Espíritu Santo, y ellos conforme a la doctrina que habían recibido y la experiencia de las iglesias neo testamentarias, todos cuantos recibieron el bautismo en el Espíritu Santo, hablaban en otras lenguas. Dice Hechos  10. 45-46: “Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.”
SON INCORPORADOS AL CUERPO DE CRISTO.
Una vez que los gentiles en casa de Cornelio reciben el Mensaje del Evangelio, y son bautizados en el Espíritu Santo solamente quedaba un asunto pendiente: Ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Entonces Pedro procede a dar una indicación apostólica. Dice Hechos 10.47-48: “Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.”
CONCLUSION
El derramamiento del Espíritu Santo en Cesarea echa por tierra más de una teoría humana que se opone a la vigencia del bautismo en el Espíritu Santo con la señal inicial de hablar en otras lenguas.
Por el otro lado, este derramamiento nos confirma que cuando se derrama el Espíritu Santo hay una señal inicial constante y es “hablar en otras lenguas”, Así sucedió en Jerusalén, así sucedió en Jope y así sucedió en Cesarea; hasta donde llevamos estudiado en esta obra. Además, sucedió del mismo modo en Éfeso, que veremos en el capítulo siguiente.

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