sábado, 3 de noviembre de 2012

NAVIDAD Y LOS LÍDERES RELIGIOSOS


LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA ESTÁ POR ENCIMA DE LOS LIDERES RELIGIOSOS.
Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez en plena ponencia magistral en céntrico
hotel de la ciudad de México
A lo largo de los siglos de Cristianismo, se han ido tejiendo un legado de los grandes pensadores dentro de las iglesias cristianas. Así se han integrado dos parcelas de conocimiento muy afines. La patrística y la patrología. Una habla del contenido de los escritos de los grandes pensadores cristianos y la otra de la vida y contexto cultural de los escritores.
En alguna medida, es de lamentarse que un gran sector de pastores evangélicos jamás se tomen la molestia de ilustrarse con estos escritos porque, con frecuencia se pasa por alto que el Dios de la Biblia, es el Dios de la Historia. Tu dices: “Bueno yo tengo esta Biblia en mis manos y soy salvo, lo demás no me interesa “Gracias a Dios que tienes la Biblia y eres salvo, pero te has preguntado ¡como llegó la Biblia hasta nuestros días?¿como podemos advertir la providencia de Dios para qué el evangelio hubiese llegado hasta nosotros en esta generación?
De allí que es bueno conocer el devenir del pensamiento cristiano. Sin embargo, a mi juicio y a juicio de muchos teólogos evangélicos, la jerarquía católico-romana:
1.     Estudia más la Patrística y la Patrología que la Biblia misma.
2.     Le da a las opciones de estos líderes del pasado tanta o más autoridad que las sagradas escrituras
3.     De detienen y aceptan como dogmas las interpretaciones que estos hombres hicieron en el pasado, sin tomarse l a molestia de ir al texto original de la Biblia y buscar la revelación de Dios para entender lo que Dios quiere que entendamos del mismo texto.
Y por el otro lado estamos los evangélicos reacios a ver que ha hecho Dios en el devenir de la historia.
Por lo tanto, que hemos de encontrar el justo medio. Tengamos la Biblia en la mano derecha como autoridad suprema y final en asuntos de fe y práctica, pero extendamos la mano izquierda para inquirir la opinión de nuestros padres en la fe. Tal como lo establece I tesalonicenses 5.21: “ EXAMINÁNDOLO TODO, RETENER LO BUENO”
Tuve el privilegio de escribir la primera edición de este libro en 1988 y para cuando logré sacar la segunda edición del mismo en 1991, ya en la República Mexicana habían sido editadas varias obras controversia les con relación a la celebración de la Navidad. D e entre ellos, por la importancia de su argumento a favor de la celebración navideña basada en la práctica de uno que se intitula: UNA RESPUESTA AL ÁRBOL DE LA NAVIDAD de Ricardo Zepeda
El libro en referencia arremete contra las IGLESIAS NEO-PENTECOSTALES ignorando que estas son las que muestran mayor vitalidad dentro del movimiento evangélico en el mundo entero. Se dice en esta obra que las iglesias en restauración mantenemos una propaganda “seudo- cristiana” que después de haber trastornado la fe de muchos evangélicos ahora nos hemos puesto a cuestionar la validez de la celebración de la Navidad.
Y es interesante ver como defiende la celebración navideña este autor. Veamos algunos de sus puntos de vista:
1.     Estos grupos(las iglesias en restauración) se oponen a la celebración del nacimiento del Señor como un evento LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA ESTÁ POR ENCIMA DE LOS LIDERES RELIGIOSOS.
A lo largo de los siglos de Cristianismo, se han ido tejiendo un legado de los grandes pensadores dentro de las iglesias cristianas. Así se han integrado dos parcelas de conocimiento muy afines. La patrística y la patrología. Una habla del contenido de los escritos de los grandes pensadores cristianos y la otra de la vida y contexto cultural de los escritores.
En alguna medida, es de lamentarse que un gran sector de pastores evangélicos jamás se tomen la molestia de ilustrarse con estos escritos porque, con frecuencia se pasa por alto que el Dios de la Biblia, es el Dios de la Historia. Tu dices: “Bueno yo tengo esta Biblia en mis manos y soy salvo, lo demás no me interesa “Gracias a Dios que tienes la Biblia y eres salvo, pero te has preguntado ¡como llegó la Biblia hasta nuestros días?¿como podemos advertir la providencia de Dios paraqué el evangelio hubiese llegado hasta nosotros en esta generación?
De allí que es bueno conocer el devenir del pensamiento cristiano. Sin embargo, a mi juicio y a juicio de muchos teólogos evangélicos, la jerarquía católico-romana:
1.     Estudia más la Patrística y la Patrología que la Biblia misma.
2.     Le da a las opciones de estos líderes del pasado tanta o más autoridad que las sagradas escrituras
3.     De detienen y aceptan como dogmas las interpretaciones que estos hombres hicieron en el pasado, sin tomarse l a molestia de ir al texto original de la Biblia y buscar la revelación de Dios para entender lo que Dios quiere que entendamos del mismo texto.
Y por el otro lado estamos los evangélicos reacios a ver que ha hecho Dios en el devenir de la historia.
Por lo tanto, que hemos de encontrar el justo medio. Tengamos la Biblia en la mano derecha como autoridad suprema y final en asuntos de fe y práctica, pero extendamos la mano izquierda para inquirir la opinión de nuestros padres en la fe. Tal como lo establece I tesalonicenses 5.21: “EXAMINANDOLO TODO, RETENER LOBUENO”
Tuve el privilegio de escribir la primera edición de este libro en 1988 y para cuando logré sacar la segunda edición del mismo en 1991, ya en la República Mexicana habían sido editadas varias obras controversiales con relación a la celebración de la Navidad. D e entre ellos, por la importancia de su argumento a favor de la celebración navideña basada en la práctica de uno que se intitula: UNA RESPUESTA AL ÁRBOL DE LA NAVIDAD de Ricardo Zepeda
El libro en referencia arremete contra las IGLESIAS NEO-PENTECOSTALES ignorando que estas son las que muestran mayor vitalidad dentro del movimiento evangélico en el mundo entero. Se dice en esta obra que las iglesias en restauración mantenemos una propaganda “seudo- cristiana” que después de haber trastornado la fe de muchos evangélicos ahora nos hemos puesto a cuestionar la validez de la celebración de la Navidad.
Y es interesante ver como defiende la celebración navideña este autor. Veamos algunos de sus puntos de vista:
1.     Estos grupos(las iglesias en restauración) se oponen a la celebración del nacimiento del Señor como un evento idolátrico, solamente por celebrarse en la fecha del día del sol. Que la Roma pagana observaba antes del triunfo del Cristianismo.
Este libro nos da a entender que el establecimiento de la Religión Católico Romana en la antigua Roma es el triunfo del Cristianismo. Si así es, entonces, ¿Por qué el autor está fuera de la Religión Católica? Por el contrario nosotros sustentamos que aunque en Roma esté el Vaticano, esa tierra necesita con urgencia la predicación del Evangelio como cualquiera otra parte de la tierra.
2.     Esta obra en referencia da a entender que los auténticos cristianos son quienes fielmente siguen la tradición de celebrar la Navidad, quienes nos hemos apartado de dicha observancia, no somos realmente cristianos. Para el autor decir el 24 de diciembre: “esta noche nació el salvador” es una mentira pequeña, sin importancia. Y además es una mentira necesaria para ser cristianos sin lugar a dudas.
Quienes con madurez cristiana y revelación del Espíritu Santo hemos desechado todo vestigio de la religión babilónica, no queremos mezclar el mensaje de quien ha afirmado en Juan 14.6:”YO SOY LA VERDAD” con pequeñas mentiras.
3.     Dicha obra dice que como el árbol que representó al dios babilónico Tamùz dejó de ponerse mas o menos 1117 años( el libro en referencia se escribió en 1990) entonces ya actualmente se puede volver a poner en las casas sin ningún problema espiritual.
O sea que, el tiempo ha sanado el símbolo idolátrico. Pero a la luz de la Palabra de Dios sabemos que un ídolo es un ídolo. Y el árbol navideño como ya se explicó en otro capítulo anterior, es un ídolo que representa al dios babilónico Tamúz. No todos los árboles son un ídolo, pero cuando en particular se corta un pino y se lleva a casa y se le adorna con esferas y luces en temporada navideña, se le constituye en el ídolo. ¿Has leído lo que dice 1 de Corintios 10.19-20: “¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.
4.     El mismo autor aduce a Deuteronomio 16.21 que dice: No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho y argumenta que LOS ÁRBOLES NO DEBEN SER PARA LOS IDOLOS.
Pero este autor no acaba de digerir que cuando alguien repite un rito ancestral milenario como colocar el árbol navideño en su casa o en su iglesia, está atándose espiritualmente a los ídolos que tienen un derecho legal, sobre quienes los invocan o los veneran. Por cierto que es importante que un cristiano recién convertido, de manera consciente y voluntaria haga una renuncia al espíritu religioso y a la idolatría, para que esté capacitado a adorar en espíritu y en verdad. Pero ahora al fondo del asunto que justifica el título del presente capítulo. Dentro del mismo libro “Una respuesta al árbol de navidad”, el autor dice:
5.     Tomemos muy en cuenta que el Dr. Martín Lutero en los días de la Reforma del Siglo XVI tomó un abeto, lo adornó de manera hermosa y lo usó para la Navidad.
Martín Lutero es un campeón de la fe. Dios le dio en Romanos 1.17 en donde dice: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá, el rhema para su predicación. Martín Lutero es indiscutiblemente uno de los eslabones más importantes en el proceso de restauración de la Iglesia. No hay hoy en día una iglesia evangélica en el mundo que no enarbole los cuatro principios cardenales de la Reforma Luterana: Solo la fe, solo la gracia, solo la biblia y sacerdocio Universal de los creyentes.
Sin embargo, Martín Lutero estaba lejos de conocer la gloria del Evangelio, como por la misericordia de Dios lo conoce hoy en día el discípulo más modesto de las iglesias cristianas. Lutero no supo nada de los dones del Espíritu Santo, Lutero no entendió la importancia de retirar todas las imágenes religiosas y las ropas talares de sus iglesias, Lutero ni siquiera llegó a la convicción de la salvación como una experiencia presente. Lutero siguió bautizando bebés con un poco de agua en la cabeza, como lo practica el Romanismo y la misma iglesia luterana hasta el sol de hoy( hasta el día de hoy).
Martín Lutero restableció el culto al crucifijo y a la imagen de la Virgen María de Wittemberg cuando sus discípulos guiados por las Escrituras ya habían llegado a la convivió a la que llegó Juan Calvino en Ginebra, de que todo eso había que ser desechado. Y por supuesto Lutero siguió celebrando la Navidad adornando un árbol de abeto.
Del dato anterior, nada nos hace concluir que todos los cristianos del mundo tenemos el deber moral de poner un abeto en nuestras casas en la temporada navideña” porque el gran Martín Lutero” así lo hizo con mucha devoción.
Si retomamos nuestros planteamientos de la primera parte de este capítulo. Hay que estudiar la Historia, hay que recoger de los grandes pensadores del Cristianismo lo mejor que nos han legado, pero nunca comprometiendo nuestra lealtad a la Sagrada Escritura por favorecer una costumbre, una doctrina humana, un rito religioso cualquiera o una corriente teológica a contrarios a la revelación de la Biblia. Dice Judas 1. 3: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
¿Quieres agradar a Dios? Toma una determinación de someterte a la revelación de las Escrituras por encima de tus tradiciones denominacionales. Y Dios te honrará.

   solamente por celebrarse en la fecha del día del sol. Que la Roma pagana observaba antes del triunfo del Cristianismo.
Este libro nos da a entender que el establecimiento de la Religión Católico Romana en la antigua Roma es el triunfo del Cristianismo. Si así es, entonces, ¿Por qué el autor está fuera de la Religión Católica? Por el contrario nosotros sustentamos que aunque en Roma esté el Vaticano, esa tierra necesita con urgencia la predicación del Evangelio como cualquiera otra parte de la tierra.
2.     Esta obra en referencia da a entender que los auténticos cristianos son quienes fielmente siguen la tradición de celebrar la Navidad, quienes nos hemos apartado de dicha observancia, no somos realmente cristianos. Para el autor decir el 24 de diciembre: “esta noche nació el salvador” es una mentira pequeña, sin importancia. Y además es una mentira necesaria para ser cristianos sin lugar a dudas.
Quienes con madurez cristiana y revelación del Espíritu Santo hemos desechado todo vestigio de la religión babilónica, no queremos mezclar el mensaje de quien ha afirmado en Juan 14.6:”YO SOY LA VERDAD” con pequeñas mentiras.
3.     Dicha obra dice que como el árbol que representó al dios babilónico TamUz dejó de ponerse mas o menos 1117 años( el libro en referencia se escribió en 1990) entonces ya actualmente se puede volver a poner en las casas sin ningún problema espiritual.
O sea que, el tiempo ha sanado el símbolo idolátrico. Pero a la luz de la Palabra de Dios sabemos que un ídolo es un ídolo. Y el árbol navideño como ya se explicó en otro capítulo anterior, es un ídolo que representa al dios babilónico Tamúz. No todos los árboles son un ídolo, pero cuando en particular se corta un pino y se lleva a casa y se le adorna con esferas y luces en temporada navideña, se le constituye en el ídolo. ¿Has leído lo que dice 1 de Corintios 10.19-20: “¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.
4.     El mismo autor aduce a Deuteronomio 16.21 que dice: No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho y argumenta que LOS ÁRBOLES NO DEBEN SER PARA LOS ÍDOLOS.
Pero este autor no acaba de digerir que cuando alguien repite un rito ancestral milenario como colocar el árbol navideño en su casa o en su iglesia, está atándose espiritualmente a los ídolos que tienen un derecho legal, sobre quienes los invocan o los veneran. Por cierto que es importante que un cristiano recién convertido, de manera consciente y voluntaria haga una renuncia al espíritu religioso y a la idolatría, para que esté capacitado a adorar en espíritu y en verdad. Pero ahora al fondo del asunto que justifica el título del presente capítulo. Dentro del mismo libro “Una respuesta al árbol de navidad”, el autor dice:
5.     Tomemos muy en cuenta que el Dr. Martín Lutero en los días de la Reforma del Siglo XVI tomó un abeto, lo adornó de manera hermosa y lo usó para la Navidad.
Martín Lutero es un campeón de la fe. Dios le dio en Romanos 1.17 en donde dice: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá, el rhema para su predicación. Martín Lutero es indiscutiblemente uno de los eslabones más importantes en el proceso de restauración de la Iglesia. No hay hoy en día una iglesia evangélica en el mundo que no enarbole los cuatro principios cardenales de la Reforma Luterana: Solo la fe, solo la gracia, solo la biblia y sacerdocio Universal de los creyentes.
Sin embargo, Martín Lutero estaba lejos de conocer la gloria del Evangelio, como por la misericordia de Dios lo conoce hoy en día el discípulo más modesto de las iglesias cristianas. Lutero no supo nada de los dones del Espíritu Santo, Lutero no entendió la importancia de retirar todas las imágenes religiosas y las ropas talares de sus iglesias, Lutero ni siquiera llegó a la convicción de la salvación como una experiencia presente. Lutero siguió bautizando bebés con un poco de agua en la cabeza, como lo practica el Romanismo y la misma iglesia luterana hasta el sol de hoy( hasta el día de hoy).
Martín Lutero restableció el culto al crucifijo y a la imagen de la Virgen María de Wittemberg cuando sus discípulos guiados por las Escrituras ya habían llegado a la convivió a la que llegó Juan Calvino en Ginebra, de que todo eso había que ser desechado. Y por supuesto Lutero siguió celebrando la Navidad adornando un árbol de abeto.
Del dato anterior, nada nos hace concluir que todos los cristianos del mundo tenemos el deber moral de poner un abeto en nuestras casas en la temporada navideña” porque el gran Martín Lutero” así lo hizo con mucha devoción.
Si retomamos nuestros planteamientos de la primera parte de este capítulo. Hay que estudiar la Historia, hay que recoger de los grandes pensadores del Cristianismo lo mejor que nos han legado, pero nunca comprometiendo nuestra lealtad a la Sagrada Escritura por favorecer una costumbre, una doctrina humana, un rito religioso cualquiera o una corriente teológica a contrarios a la revelación de la Biblia. Dice Judas 1. 3: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándolos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
¿Quieres agradar a Dios? Toma una determinación de someterte a la revelación de las Escrituras por encima de tus tradiciones denominacionales. Y Dios te honrará.