lunes, 20 de septiembre de 2010

¿POR QUÉ SOY CRISTIANO EVANGÉLICO?

“Porque no me averg:uenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1.16

Aparece por primera vez en Hechos 11.26 donde dice: “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” Además aparece en Hechos 26.28 donde dice: “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” y en I Pedro 4.16: “pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello”

El término cristiano, se acuñó siguiendo el estilo romano para asignar a un seguidor del Señor Jesús.

Fueron gentiles quienes le atribuyeron a los seguidores de Jesucristo este término al principio. Pero ya para el siglo II los mismos seguidores del Señor se aplicaban el término con un sentido de honra.

a) El término EVANGELICO

El término "evangélico", no es un término de uso corriente, sin embargo, se refiere a cualquier cosa que implique la fe en Jesucristo, como Salvador y Señor. Viene del griego "Euangelion" (Evangelio) o buenas nuevas: ευαγγελιον ( evangelion), de eu- "buen" y angelion "mensaje". Ser evangélico significa entonces, el sólo hecho de ser cristiano, esto es, basarse en esas buenas nuevas de salvación, motivarse por ese mensaje, actuar de acuerdo a las enseñanzas y principios del Evangelio, y también proclamarar las buenas nuevas del mensaje del Nuevo Testamento.

Con lo anterior, se utiliza el término evangélico para designar genéricamente a los cristianos protestantes y a sus iglesias. Al tener para algunos, el término protestante cierto matiz peyorativo, hoy se considera más oportuno el término evangélico. Obvio, que tanto en el uso general de las iglesias como en el de éste libro, por evangélico, implicamos lo que no es católico romano.

Sin embargo en necesario enmarcar la expresión cristiano-evangélico dentro de de su contexto bíblico-histórico.

RESUMIENDO EL MENSAJE ORIGINAL

Al leer el Nuevo Testamento y particularmente el Libro de Los Hechos, nos damos cuenta que la proclamación evangélica de los apóstoles fue la PROCLAMACIÓN DE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO. Era la gran noticia que Jesús el Cristo que fue crucificado al tercer día había resucitado y que había que creer en él y arrepentirse de los pecados para ser perdonado y salvo.

Y quienes recibían este mensaje, se añadían a la iglesia local. Y perseveraban juntos en la doctrina de los apóstoles, en las oraciones y en el partimiento del pan con alegría y sencillez de corazón.

Todo lo anterior libre de ritos, dogmas, tradiciones, leyendas y supersticiones. Lo que importaba era una relación personal con Jesucristo y un amor entrañable con los hermanos; creciendo a diario en la Palabra.

RESTAURACIÓN DEL MENSAJE ORIGINAL

Pasado el primer siglo, el Cristianismo siguió siendo predicado con poder por hombres de Dios, sin embargo, también se dio de manera paulatina la mezcla religiosa. Las religiones babilónicas mancharon el MENSAJE EVANGELICO, hasta que diez mil tradiciones y suportaciones la escondieron de la vista de los pueblos.

Hasta que Dios trajo los primeros tiempos de restauración con los precursores de la Reforma, Pedro Baldo en Lyon al sur de Francia, John Wicliffe en Inglaterra, Juan Hus en Bohemia; y luego con los reformadores, entre quienes Martín Lutero enarboló las cuatro tasis fundamentales del Cristianismo Evangélico: Solo la Biblia, Solo la Fe, Solo la Gracia, Sacerdocio Universal de los Creyentes. Volvió a escucharse en los púlpitos el mensaje de salvación por la gracia en el Nombre de Jesucristo.

De allí, que estamos ciertísimamente seguros de que el Mensaje de Salvación que los cristianos evangélicos hemos recibido y proclamamos es el MENSAJE ETERNO DE DIOS.

MUCHOS GRUPOS, UNA SOLA IGLESIA

La cantaleta socorrida del Catolicismo Romano en contra de los cristianos evangélicos es que somos miles y miles de grupos divididos y peleados entre nosotros mismos, porque no tenemos la verdad.

Es verdad que somos miles y miles de grupos, y en parte es verdad que aun ha habido pugna de algunos contra otros. Pero no es menos verdadero el hecho de que los CRISTIANOS EVANGELICOS tenemos:

1) La Biblia como nuestra única norma de fe y de práctica.

2) Que creemos en que Jesucristo, se encarnó, murió y al tercer día resucitó. Que su muerte fue una muerte vicaria. Esto es, murió en nuestro lugar, para darnos salvación y vida eterna. Que la salvación que Él pagó en el Calvario lo recibimos por la fe y es por gracia de Dios y no por obras nuestras. Como dice Efesios 2.8:

3) Que donde está Jesucristo, está su Iglesia. Que la iglesia no es una institución, ni una casta clerical hegemónica, sino el conjunto de los lavados con la sangre de Cristo. Tampoco tiene que ver la iglesia prioritariamente con dogmas y tradiciones humanas.

TODO EL CONSEJO DE DIOS.

Para los cristianos evangélicos no hay una doctrina particular que acapare nuestra atención. Hemos recibido la Biblia, como la Palabra de Dios, y cremas que toda ella contiene un mensaje