martes, 7 de junio de 2011

CATOLICISMO, RELIGIÓN DOMINADA POR EL MITRAÍSMO


ORÍGENES DEL MITRAÍSMO
El Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez ministrando la Palabra
 en Coyoacán Distrito Federal.
La información existente sobre el mitraísmo (bastante fragmentaria) se refiere a su práctica durante el Bajo Imperio Romano. Era una religión mistérica, de tipo iniciático, basada en la transmisión oral y ritual de iniciado a iniciado, y no en un cuerpo de escrituras sagradas, por lo que la documentación escrita concerniente al mitraísmo es prácticamente inexistente. El estudio de esta religión se ha basado sobre todo en la iconografía que decoraba los mitreos.
EL MITREO
El culto de Mitra se realizaba en templos denominados mitreos (latín MITHRAEUM, pl. MITHRAEA). Estos espacios eran en un principio cavernas naturales, y, más adelante, construcciones artificiales imitándolas, oscuras y carentes de ventanas. Tenían una capacidad limitada; la mayor parte de ellos no podían acoger a más de treinta o cuarenta personas.
En un mitreo típico pueden distinguirse tres partes:
               1- La antecámara
               2- El "spelaeum" o "spelunca" (la cueva), alargada sala rectangular decorada con pinturas y dos largas banquetas a lo largo cada una de las paredes para los banquetes sagrados.
Santísima Trinidad Egipcia: Osiris, Horus, Isis.
               3.- El santuario, en el extremo de la cueva, en el que estaban el altar y la imagen, en pintura, bajorrelieve o estatua exenta de Mitra, dando muerte al toro, conocida como MITRA TAURÓCTONOS.
Se han encontrado mitreos en muchos de los países que pertenecieron al Imperio Romano. Algunos han sido convertidos en criptas bajo parroquias católico-romanas. La mayor concentración de mitreos se encuentra en la capital, Roma, pero también se han descubierto en lugares tan distantes entre sí como el norte de Inglaterra y Palestina. Su distribución por la geografía del Imperio está en relación con los cuarteles e instalaciones militares.
EL MITRAÍSMO EN EL ALTO IMPERIO ROMANO
Es probable que los introductores del Mitraísmo en el Imperio Romano fueran los legionarios que habían servido a Roma en las fronteras orientales del Imperio. Las primeras evidencias materiales del culto de Mitra datan del año 71 o 72 de nuestra era: se trata de unas inscripciones hechas por soldados romanos que procedían de la guarnición de Carnuntum, en la provincia de Panonia Superior, y que probablemente habían estado antes en Oriente, en guerra contra los partos y en los disturbios de Jerusalén.
Hacia el año 80 de nuestra era, el autor romano Estacio menciona la escena de la tauroctonía en su TEBAIDA (I, 719,720). Plutarco, en su VIDA DE POMPEYO, deja claro que el culto de Mitra era ya conocido en su época.
A finales del siglo II el mitraísmo estaba ampliamente difundido en el ejército romano, así como entre burócratas, mercaderes y hasta entre los esclavos. La mayor parte de las evidencias arqueológicas proceden de las fronteras germanas del Imperio. Pequeños objetos de culto relacionados con Mitra se han encontrado en excavaciones arqueológicas desde Rumania hasta la Muralla de Adriano.
EL MITRAÍSMO EN EL BAJO IMPERIO
Los emperadores del siglo III fueron en general protectores del mitraísmo, porque su estructura fuertemente jerarquizada les servía para reforzar su propio poder. Así, Mitra se convirtió en el símbolo de la autoridad y el triunfo de los emperadores. Desde la época de Cómodo, que se inició en sus misterios, los adeptos del culto procedían de todas las clases sociales.
Numerosos mitreos han sido hallados en las guarniciones de frontera del imperio. En Inglaterra, han sido identificados al menos tres, a lo largo del Muro de Adriano, en Housesteads, Carrawburgh y Rudchester. Restos de otro mitreo han sido descubiertos en Londres. Otros santuarios de Mitra erigidos en esta época se encuentran en la provincia de Dacia (donde se halló en 2003 un mitreo en Alba-Tulia), y en Numidia, en el norte de África.
La mayor concentración de mitreos, sin embargo, se encuentra en la propia Roma, y en la cercana ciudad portuaria de Ostia, con un total de doce templos identificados, aunque posiblemente existieron varios centenares. La importancia del mitraísmo en Roma puede juzgarse a partir de los hallazgos: más de 75 piezas escultóricas, un centenar de inscripciones, y ruinas de templos y santuarios por toda la ciudad y sus suburbios. Uno de los mitreos más destacados, que conserva el altar y los bancos de piedra, se construyó originalmente bajo una casa romana (lo que parece haber sido una práctica habitual) y sobrevive en la cripta sobre la que se construyó la Basílica de San Clemente, en Roma.
UNA NUEVA MEZCLA, PRODUCE UNA NUEVA FORMA DE RELIGIÓN: SOL INVICTUS
A finales del siglo III se produjo un sincretismo entre la religión mitraísta y ciertos cultos solares de procedencia oriental, que cristalizaron en la nueva religión del SOL INVICTUS. Dicha religión fue establecida como oficial en el Imperio en el año 274, por el emperador Aureliano, quien erigió en Roma un espléndido templo dedicado a la nueva divinidad, y creó un cuerpo estatal de sacerdotes para rendirle culto, cuyo máximo dirigente llevaba el título de PONTIFEX SOLIS INVICTI.

Aureliano atribuyó a SOL INVICTUS sus victorias en Oriente. Este sincretismo, sin embargo, no conllevó la desaparición del mitraísmo, que siguió existiendo como culto no oficial. Muchos de los senadores de la época profesaron al tiempo el mitraísmo y la religión del SOL INVICTUS.
Sin embargo, este período marcó el comienzo de la decadencia del mitraísmo, a causa de las pérdidas territoriales que el Imperio sufrió como consecuencia de las invasiones de pueblos bárbaros, y que afectaron a territorios fronterizos donde el culto estaba muy arraigado. La competencia del cristianismo, apoyado por Constantino, robó adeptos al mitraísmo. Hay que tener en cuenta que el mitraísmo excluía a las mujeres, que sí tenían derecho a participar en el culto cristiano. El cristianismo desplazó al mitraísmo durante el siglo IV, hasta convertirse en la única religión oficial del Imperio con Teodosio (379-395). Hubo algunos intentos de revitalizar el culto de Mitra por parte de Juliano II "el Apóstata" (361-363) y del usurpador Eugenio (392-394), pero no tuvieron demasiado éxito. El mitraísmo quedó formalmente prohibido desde el año 391, aunque probablemente su práctica clandestina se mantuvo durante algunas décadas.
El mitraísmo sobrevivió aún hasta entrado el siglo V en algunas regiones de los Alpes, y volvió a la vida, tenaz pero efímeramente, en las regiones orientales del Imperio, donde se había originado. Tuvo un importante papel en el desarrollo del maniqueísmo, religión que resultaría otra dura competidora para los cristianos.
ORIGEN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN
Poco después de la batalla del Puente Milvio, Constantino entrego al papa Silvestre I un palacio romano que había pertenecido a Diocleciano y anteriormente a la familia patricia de los Plaucios Lateranos, con el encargo de construir una basílica de culto católico romano. El nuevo edificio se construyó sobre los cuarteles de la guardia pretoriana de Majencio, los Equites singulares, convirtiéndose en sede catedralicia bajo la advocación del Salvador, substituida ésta más tarde por la de San Juan. Actualmente se la conoce como Basílica de San Juan de Letrán. En 324 el emperador hizo construir otra basílica en Roma, en el lugar donde según una supuesta tradición muy tardía, martirizaron a Pedro: la colina del Vaticano, y que actualmente acoge a la Basílica de San Pedro.
EL OCTUPLO COMO ADORACION AL SEXO VIVE DENTRO DEL CATOLICISMO-ROMANO
Seguramente, tú has admirado en algún cuadro o pintura, la siguiente figura.  De manera sorprendente, dicho óctuplo se encuentra en el centro del atrio de la Basílica de San Pedro en Roma.
Tantas veces, el papa quiere asomarse hacia dicho atrio puede contemplar dicha figura.
Pero ¿Sabes cuál es su origen y lo   que significa? Es el símbolo del órgano femenino en la adoración pagana de los egipcios.
Lo sorprendente es que junto a este símbolo, en  la plaza de San Pedro, hay otro símbolo fálico; que simboliza el órgano masculino; el obelisco.
Y en la religión egipcia, la colocación del obelisco en el centro del óctuplo era una representación del acto sexual.
Así que en la plaza principal del Vaticano, se han colocado esos símbolos fálicos y el papa los puede contemplar tantas veces quiera.  La Plaza San Pedro es un famoso lugar en Roma – Italia – creada por el arquitecto italiano Gian Lorenzo Bernini en el siglo XVII. La piazza tiene un impresionante centro ovalado que contrasta con su entrada y ofrece a los visitantes ‘los brazos maternales de la Madre Iglesia’ según las palabras del propio Bernini.
Santísima Trinidad Indú
Justo en el corazón de la Piazza San Pietro está monumental obelisco de 25 metros de alto y más de 300 toneladas de peso. Esta increíble construcción fue traída desde Egipto y en 1586 el Papa Sixto V decidió ponerlo en frente de la Basílica de San Pedro.
L MISTRAISMO VIVE DENTRO DEL
CATOLICISMO-ROMANO
Resulta doloroso darse cuenta que millones de personas de buena voluntad creen a pie juntillas que al acercarse a la hostia, se acercan a Cristo. Pero es un craso error y un engaño extremo.
Los apóstatas, siempre han buscado similitudes para justificar las prácticas mitraístas dentro de la religión romana.  Por ejemplo: Tras su nacimiento, Mitra fue adorado por pastores.
El TRANSITUS (viaje de Mitra con el toro sobre los hombros) recuerda al VÍA CRUCIS del relato evangélico.
El mitraísmo era una religión de salvación: el sacrificio de Mitra tiene como finalidad la redención del género humano.  Mitra recibía los apelativos de LA LUZ, LA VERDAD Y EL BUEN PASTOR.
La misa o banquete ritual de los fieles de Mitra tiene su continuación con la eucaristía católica-apostólica romana.
Sobre todo en el uso y adoración de la hostia.
El nacimiento de Mitra se celebraba el 25 de diciembre.
Los atributos del PATER, máximo nivel de iniciación en el mitraísmo, eran el gorro frigio, la vara y el anillo, mismos que perduran en   la mitra, el báculo y el anillo de los líderes apostatas de la Religión Católico – Romana, y que por supuesto, jamás ninguno de los apóstoles y profetas del primer siglo de Cristianismo usaron, ni por equivocación.
Aquí vemos una vez con toda claridad que se trata de prácticas totalmente babilónicas y contrarias a las Escrituras.
Lo sobresaliente de la herencia mitraísta es el concepto de la deidad. Para el Mitraísmo, al igual que todas las religiones babilónicas, hay tres personas que integran la divinidad. Seb, conocido como “dios padre”, Horus conocido como “dios hijo” e Isis conocida como “diosa madre”  o “madre de dios”. De eso modo,  nada debe extrañarnos al ver la Mariolatría actual de la Religión Católico Romana.
Pues que este culto es exactamente el mismo que los paganos mitraístas tenían hacia Isis. Isis era la reina del cielo, era la madre de Dios, era siempre virgen. Dogmas y atributos que los apóstatas han impuesto al pueblo sin ningún sustento en la Biblia, pero sí con todo el peso de la tradición religiosa. Comúnmente, Isis era representada, sentada en su trono de gloria, con corona de emperatriz, y con Horus en los brazos, su “dios hijo”. Horus era importante, porque era hijo de Seb, pero Isis no podía ser menos importante porque era la madre de Horus, el “hijo de dios”. Actualmente en la Religión Católico-Romana además del dogma de la inmaculada concepción de María, se insinúa entre los altos círculos de la curia romana un nuevo dogma que sería “María co-redentora con Cristo”
A lo anterior, y de igual envergadura es el concepto de la trinidad mitraísta. Que no es sino una herencia directa de Babilonia. Ya que es Babilonia la cuna de la idolatría religiosa del mundo entero.
En Babilonia, la emperatriz Semiramis, corrió el rumor de que su esposo Nimrod, una vez muerto se “deificó” y se constituyó en el “dios sol” y que vino a ella para engendrarle un hijo al cual llamó Tamuz.  De manera que pronto surgieron altares y réplicas de Semiramis con su hijo Tamuz en los brazos.  Y también pronto principió a usarse una serie de símbolos para evocar a los tres dioses babilónicos: Nimrod “dios padre”, Tamuz “dios hijo” y Semiramis la “diosa madre”
Esta trinidad de dioses está viva en casi todas las religiones del mundo.
Sin embargo existen más representaciones de la ‘diosa con el hijo’ en las culturas del mundo.
 “EL OJO QUE TODO LO VE”
Otro de esos símbolos religiosos más difundidos dentro de la Religión Católico Romana es el triángulo equilátero, con sus variantes.
Los turistas pueden contemplar en Cesárea de Filipos, un gran templo esculpido en el Monte Hermón, que  Alejandro el Magno mandó construir en honor del “dios Pan”.  En el frontispicio de este magno templo sobresale la imagen de la trinidad a la que venimos refiriéndonos. En el triángulo equilátero de este edificio sobresalen, un ojo en el centro y rayos de luz a los lados. Si alguien no tiene mayor información pensará necesariamente que se trata de un templo católico romano, pero este templo fue construido tres siglos antes de Jesucristo. ¿Cómo pudo ser cristiano y cómo puede tener un símbolo “cristiano” tan importante?
Finalmente, el Mitraísmo vive dentro de la religión católica, a través de la misa, y todo lo que tiene que ver con la hostia, que para millones de creyentes es el sacramento por excelencia de la religión católico romana.
Hasta el día de hoy la trinidad mitraísta está reproducida en la hostia católica, en donde podemos leer las iníciales de los dioses paganos.

Madre de dios egipcia: Isis y el niño
dios: Horus.
Tanto en las hostias de la misa, como en las estolas de los curas y otros objetos religiosos del catolicismo, aparecen las letras IHS. I de Isis, H de Horus y S de Seb. Es interesante ver que Isis va primero porque es la “diosa madre” o la “madre de dios”.
Diosa católica romana: María
 y el niño dios
Por supuesto que cualquier apologista católico romano alegará que esas tres letras significan otra cosa muy diferente a lo que significó para los mitraistas; pero a menos que dicho intelectual quiera engañarse a sí mismo, deberá reconocer que aquí hablamos del origen del símbolo religioso y de cómo el Catolicismo lo adoptó sin miramientos,  ni pena. La última ilustración de este capítulo presenta Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas alzando el ídolo trinitario del Mitraismo.
EL CORAZÓN SANGRANTE DE LOS DIOSES FALSOS, VIVE DENTRO DEL CATOLICISMO ROMANO.
Este autor recuerda perfectamente bien, sus años de infancia en la Escuela Tamariz Oropesa de Puebla, un colegio de los Padres Salesianos de Juan Bosco, donde le fue enseñado cómo honrar a la madre de Dios, y como venerar al “Sagrado Corazón de Jesús”. 
Parecía ser la veneración al sagrado corazón de Jesús, uno de los aspectos más tiernos y conmovedores de la religión. Pero… ¿Cuál es su origen?
Hay un dios, Quetzalcóatl, señor de la vida y de la muerte que representa al corazón sangrado de la religión babilónica. Así que, una vez más, Babilonia y sus dioses viven dentro de la Religión Católica Apostólica y Romana.