sábado, 28 de mayo de 2011

LAS SETENTA SEMANAS DE DANIEL Y LAS IGLESIAS DEL APOCALIPSIS



Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez y Apóstol Esther Castro de Sánchez
junto con su hijo Gabriel, su nuera Eva y sus nietos Saraí y Gabriel

Pregunta: En el capítulo 9.20-27 del libro de Daniel se habla acerca de las setenta semanas. ¿Me podría explicar un poco sobre esto y si trae referencias con las siete iglesias del Apocalipsis?

Este pasaje de Daniel es indudablemente uno de los más importantes para el estudio actual de la Escatología (los acontecimientos finales).
El pasaje en sí, dice: “20 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; 21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel,(A) a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.   22 Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.    23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.    24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.   25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.    26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.    27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador,(B) hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”
Aquí Dios le muestra a Daniel que hay siete semanas, sesenta y dos semanas y una semana última.
Las siete semanas corren desde la salida del edicto de la reconstrucción de Jerusalem.   Respecto a la fecha del Edicto de Artajerjes, el erudito argentino Daniel Hammerly Dupuy nos da el siguiente dato:  “Gracias a la famosa cronología de los reyes de la antigüedad preparada por el astrónomo Ptolomeo, que confirma las fechas que marcan la duración del gobierno de numerosos monarcas, relacionándolas con diversos eclipses, sábese que el edicto del rey para reconstruir a Jerusalem entró en vigor hacia el mes de octubre del año 457 antes de la era cristiana.”  (Gestación y Nacimiento de un Mundo Mejor,  Tomo  II 1, Págs. 733,734.  Editorial Kier, Buenos Aires, Argentina, 1944.)
Y se trata de semanas de años. De años proféticos. Un año profético es de 360 días. Así que la reconstrucción de Jerusalén duró 49 años proféticos. Entre los líderes más preclaros estuvieron Esdras, Nehemías y Zorobabel y los profetas Hageo y Zacarías.
Desde que se restableció la vida normal de la ciudad con la muralla terminada hasta la muerte del Señor Jesús transcurrieron 62 semanas. Esto es, 374 años.
Entonces, vino la muerte del Señor Jesús.
Con la muerte del Señor Jesús se abre un paréntesis en el transcurrir de las setenta semanas. Ese paréntesis es para dar lugar a la ERA DE LA GRACIA, LA ERA DEL ESPÍRITU SANTO, o LA ERA DE LA IGLESIA.
Era cuya duración no fue revelada por Dios. Era que concluirá con el rapto de la Iglesia.
Cuando la iglesia sea arrebatada, entonces correrá la semana setenta de Daniel. Se trata de siete años, como el mismo Daniel lo menciona, de grande tribulación.
Si nos preguntamos qué relación tienen las setenta semanas de Daniel con las iglesias del Apocalípsis 2 y 3, la respuesta es sencilla, están caben dentro de la era de la gracia. Después de la semana sesenta y nueve y antes de la semana setenta.

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