martes, 3 de mayo de 2011

DECÁLOGO PARA EVITAR LA INFIDELIDAD CONYUGAL


Versículo clave: “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.” Efesios 5.28
INTRODUCCIÓN.
Miles de hogares que pudieron haber sido felices y vencedores, fueron destruidos porque al caer en un pecado alguno de los cónyuges, el otro cónyuge no tuvo la capacidad de perdonarlo y de restaurarlo. Prefirió condenarlo y desecharlo.
Pero también hay miles de hogares en donde al llegar ese episodio doloroso de dolor por la falta de alguno de los cónyuges, el otro cónyuge, mostró sabiduría, amor y capacidad de perdonar y restaurar. Entonces, juntos se levantaron y fueron un hogar victorioso y feliz.
Es de lamentar que hay pastores que en vez de predicar y enseñar la capacidad de amar, perdonar y restaurar, insisten en un espíritu farisaico de condenación. Así que cuando algún cónyuge falla, el pastor inmediatamente aconseja al cónyuge ofendido: “Hermana: Déjelo, córralo. Ha pecado. Ya está en condenación”.
Pero hay algo más importante, y es evitar con la sabiduría de Dios que un cónyuge caiga en la infidelidad conyugal.
Este capítulo nos enseña cómo actuar oportunamente para evitar una infidelidad conyugal.
1.- CONOCIMIENTO DE  LOS ANTESCEDENTES FAMILIARES DE NUESTRO CÓNYUGE:
Antes de formalizar un matrimonio, la joven pareja de enamorados, debiera darse a la tarea de conocer un poco que tan estable o que tan disfuncional es el hogar de la persona de la cual ahora está enamorada. Indaga: ¿Cómo se vivió en la infancia? ¿Cuál fue el ambiente familiar en el que creció? Ya que sus experiencia de la infancia determina las formas de conducta  en la edad adulta. Si alguien de niño fue abandonado, desatendido, marginado, o a la inversa: extremadamente sobreprotegido;  inseguro, proveniente de una familia disfuncional, o en donde no hay la promoción de valores y principios, es más probable que cuando llegue a la vida adulta,  sea infiel a su pareja. Pero es allí donde debemos buscar sanidad interior y una ministración efectiva.
2.- RESPETO Y ATENCIÓN CONTÍNUAS EN LA PAREJA.
Particularmente la esposa, una vez que pasa la luna de miel, muchas veces queda en casa a diario en la soledad, el aislamiento. Ya que el marido tiene que salir y trabajar para el sustento de la familia. Y sobre todo cuando vienen los embarazos, ella cae en desesperanza o una depresión que a veces ni ella se explica. Y esto provoca inestabilidad en los matrimonios.
En este caso, es el esposo quien debe tener la sabiduría para evitar a toda costa que en su esposa  aparece ese sentimiento de vacío. De otra forman  la esposa a tendrá la propensión de buscar  a su "pareja ideal", y aunque no sabe lo que realmente quiere, terminará en infidelidad conyugal. Un esposo cristiano y sabio, se dará cuenta a tiempo de ese vacío que sufre su esposa y tratará de llenarlo con creces antes de que sea tarde.
3.- ELECCIÓN BAJO LA DIRECCIÓN DE DIOS.
El noviazgo es una figura relativamente nueva en la historia de la humanidad. En la antigüedad eran los padres quienes mediante convenios determinaban con quien debieran casarse sus hijos. Ahora, afortunadamente ya no es así. Sin embargo, la sociedad contemporánea no tiene la capacidad para formar a las nuevas generaciones con sentido de responsabilidad, honestidad y capacidad de elección. Es una lástima que adolescentes que debieran estar dedicados al estudio, la convivencia intrafamiliar y el deporte, vivan prematuramente experiencias de violencia en el noviazgo y cometan infidelidad prematura.  Están de moda los divorcios por falta de compatibilidad. ¿Qué es eso? Simplemente que  después de un tiempo, él o ella se dan cuenta de que no tienen el mismo proyecto de vida,  y tal vez durante un tiempo pudieron sobrellevar la situación, pero después llega a ser imposible. Aquí el consejo pastoral oportuno puede ser gran ayuda.
Y también, por eso, cada familia debiera saber quién es su pastor y estar sujeta a su pastor, porque en tiempo de crisis, tenga la ayuda oportuna.
4.- PONGAMOS ATENCIÓN A UNA SANA RELACIÓN INTIMA.
Lo que no se dice, es hay una cantidad enorme de casos en los que el adulterio llegó a un hogar por una vida sexual deficiente.
 Tal vez tener una relación íntima satisfactoria no sea el único elemento en la relación de pareja, sin embargo es tan  importante que puede determinar el futuro del hogar. Por lo que si una de las partes no se siente satisfecho en la vida íntima con su cónyuge,  tiende a buscar fuera del matrimonio,  la satisfacción  que no encuentra en su pareja, a pesar de amarla.
5.- CORTEMOS EL CORDON UMBILICAL.
Cuando se casó mi hijo mayor, mi esposa y yo le dijimos: “No tenemos para ti un regalo espectacular de bodas, pero te ofrecemos no interferir en tu matrimonio” Y lo hemos cumplido hasta hoy. Tratamos de ser muy escrupulosos en respetar la manera como ellos enfrentan sus diferencias y logran. Otro factor que influye para que se    la infidelidad conyugal,  es la intervención de los padres en la vida matrimonial de sus hijos, lo cual viene de la mano con la dependencia emocional de la pareja. Todo nuevo matrimonio debe  establecer límites claros a la injerencia de los padres, hermanos y  demás familiares. Excepto si alguno de los cónyuges está en peligro de ser golpeada o de quedarse literalmente sin comer por el egoísmo o la incapacidad financiera del cónyuge. Si los nuevos esposos están tratando de enfrentar con gallardía la vida, pero sus padres quieren influir en cada decisión, éstos provocarán  que haya sentimientos de abandono y poco valor hacia el otro, llevándolo a buscar una relación extramarital. Recordemos el consejo bíblico de Efesios 5.31: “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”
6.- ADOREMOS JUNTOS Y CONVIVAMOS.
En la etapa del noviazgo, los muchachos se sienten tan emocionados de estar mucho tiempo  juntos, platicar, caminar tomados de las manos, compartir un helado. Pero luego se casan, y los compromisos de trabajo, las presiones económicas, las agendas  sociales van haciendo que ese entusiasmo disminuya, hasta el grado tal de que hay parejas que sólo viven bajo el mismo techo, pero han hecho cada uno su mundo aparte. Apenas si hay un saludo de por medio. ESO ES PELIGROSO. Que la pareja unida determine adorar a Dios con regularidad, y que junto con los hijos hagan planes juntos y tengan actividades en común. Es vital para la buena salud de la pareja.
7.- EVITEMOS EL OCIO.
¿Cuándo cayó en uno de los pecados más horrendos el Rey David? Cuando su ejército estaba en guerra y él en lugar de ponerse al frente de su ejército se quedó en el palacio y se dio al ocio. Dice II Samuel 11.2-4: “Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.  Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa” De allí que los matrimonios cristianos que están integrados a la Obra de Dios y juntos laboran para el Señor no tienen tiempo para el ocio.
8.- EVITEMOS LA MONOTONIA
 Es muy sano de vez en cuando que el esposo tenga sorpresas con su esposa, tales como: Traerle un ramo de flores o un pequeño regalo sin que sea su cumpleaños o su aniversario de bodas. Que la lleve a cenar a un lugar lindo y cálido, que le lleve a un viaje. Mejor varios viajes cortos en el año que uno largo cada diez años. Porque caer en  la monotonía  es uno de los más grandes enemigos en la relación de pareja. Un matrimonio sumido en la rutina y en el aburrimiento es más vulnerable, porque  cuando llega alguien que ofrece un panorama distinto, lleno de encantos, novedades, riesgos y demás cosas de que carece la relación conyugal, es muy probable que suceda la infidelidad conyugal.    
 9.- CUIDA DE NO ABAMDONAR A TU PARERJA.
Una vez que ha pasado la etapa de enamoramiento en la pareja, ésta se enfrenta a la realidad, olvidando a aquella persona que tanto se idealizaba, ahora sus conductas ya no son placenteras en la convivencia, por lo que se defraudan las expectativas. Por otro lado hay un abandono mutuo en la pareja, centrándose cada uno en sus objetivos personales y no en los de ambos, así que si aparece otra persona que los haga sentir más valorados, se elige inconscientemente como nueva compañera. Nada fortalece tanto a un matrimonio como que juntos tengan proyectos comunes. Si no hay hijos que los esposos sean amigos inseparables; aunque deben darse mutuamente su propio espacio. Y es hermoso que cuando vienen los hijos, padres e hijos vayan juntos al supermercado, corran en el parque, pinten juntos la casa. Se mantengan en una franca comunicación. Es bueno que de vez en cuando no haya televisión encendida para tener tiempo de contarse a detalle lo que nos pasa, lo que sentimos, lo que queremos.
10.- CUIDADO CON LA PROSPERIDAD.
Conocí a un abogado, que cuando estudiante, una humilde muchacha que era su novia, trabajó sacrificialmente para que impulsarlo a terminar su carrera. Se casaron en medio de mil privaciones.
Pero éste principio a abrirse paso con su profesión, pues que es muy inteligente. Entonces llegó el momento en que al consultarme me dijo: “Mira pastor, siento que he ganado el derecho de conseguir a una damita más refinada y joven para mi actual nivel social”
Casi se me va el aire al escucharlo. Nunca lo creí capaz de tanta canallada. Y a pesar de mi consejo se fue de la casa, amuebló un departamento de lujo y buscó a otra mujer. Al principio todo parecía viento en popa; pero aquella mujer le exigió más de lo que ´le pudo darle. Un día lo abandonó para irse con un millonario. Ahora este abogado camina con los hombros caídos, está prematuramente avejentado y solo.  Busquemos la prosperidad, pero que sea para toda nuestra casa.
LA INFIDELIDAD CONYUGAL.
Dice gálatas 6.1:  “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que también tú seas tentado”  
 La Biblia llama adulterio al hecho de que uno de los cónyuges traicione al otro, teniendo una relación afectiva, amorosa o carnal con otra persona que no sea su pareja.
En estos tiempos finales, cada día es más frecuente encontrar con personas que no temen a Dios y que viven de manera desordenada y sin ningún freno moral. Dice II Pedro 2.14: “Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.”
De allí, la importancia capital de que pastores y padres de familia vigilemos de manera estrecha que nuestros hijos primero tengan una experiencia personal de conversión a Jesucristo y luego, que establezcan un noviazgo con una persona cristiana probada.
Y alguien se preguntará: Entonces ¿por qué llega a darse casos de cónyuges cristianos que fracasan y caen en adulterio?
Dice Proverbios 6.32-33: “Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.  Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada”.

Sin embargo, muchas veces un esposo llega a caer en adulterio por su naturaleza de pecado, pero en algo contribuye su esposa, y ella llega a ser coparticipe de esta caída.
También a la inversa. Cuando un esposo ha venido a verme a mi oficina y me comparte su tragedia, porque finalmente la esposa se fue huyendo de la casa y se refugió en otro hombre; casi siempre le pregunto a dicho esposo: ¿qué tipo de trato tuvo para ella? ¿Atendió a sus necesidades anímicas primarias? ¿La honró siempre? ¿La trató como a una reina? ¿Vio siempre en ella a una hija de Dios, a una heredera del reino?
Y generalmente, el   esposo termina aceptando que ha cometido muchos errores con ella.
Lo doloroso es que a veces quienes cometen muchos errores en el trato injusto con la esposa son pastores o líderes en la obra de Dios. De aquí que, los apóstoles y profetas que dan cobertura espiritual a los ministerios e iglesias debieran tener mayor cuidado en este aspecto troncal del trabajo pastoral.
Cuando sé de alguna esposa de Pastor que lo ha abandonado y se ha ido con otro varón, me duele de manera muy profunda, porque la Obra de Dios es dañada. Pero a menos que mi corazón deje de ser justo, antes de levantar una palabra de condenación contra dicha mujer, prefiero trabajar con su esposo, para descubrir las causas que originaron tal tragedia, y casi siempre logro que el esposo descubra por sí mismo, con mi consejo pastoral,  las causas que produjeron que ella finalmente rompió con su matrimonio.
RESTAURACION DEL CAIDO
La capacidad de amar y perdonar deben ser tarjetas de presentación en los cristianos, más tratándose de un matrimonio. Dice Santiago 2.13: “Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.”
Y dice Gálatas 6.1: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que también tú seas tentado 
Así que, si llegara a darse el caso de una infidelidad conyugal, debiera buscarse a toda costa la restauración del cónyuge que cayó, con sabiduría, con misericordia y con paciencia. Es importante buscar el consejo de un pastor cuyo hogar sea estable y haya dado fruto de sabiduría en la formación de sus hijos y en el sustento de su hogar; para que asesore, aconseje y guie a la pareja en crisis y transición.

CONCLUSIÓN:
Mantener la unidad y estabilidad de tu hogar es un privilegio que Dios te da en esta vida. Recuerda: “Puedes cambiar de trabajo, de amigos, de ciudad, de casa, de coche y seguirás siendo el mismo. Pero si cambias de cónyuge, nunca volverás a ser el mismo” Pero si hubiera algún hogar que ha sido flagelado por el adulterio, el perdón, la restauración de una parte y el arrepentimiento genuino de la otra parte es la fórmula de Dios para salvar la unidad  del hogar.




1 comentario:

PASTOR FELIPE ALVAREZ dijo...

AMADO APOSTOL GRACIA Y PAZ UNA VEZ MAS FELICIDADES POR ESTE HERMOSO TRABAJO Y TAN ACERTADO EN ESTOS TIEMPOS EN DONDE HAN DECAIDO TANTO LOS VALORES FAMILIARES,ME GUSTO MUCHO LA FORMA EN QUE EL ESPIRITU SANTO LE HA ILUMINADO PARA TRATAR ESTE TEMA Y SEGURO QUE LO VAMOS A COMPARTIR EN LA IGLESIA DE NUEVO VALLARTA,SALUDOS LES ENVIAMOS UN FUERTE ABRAZO.ATTE PASTOR FELIPE ALVAREZ Y FAM.