lunes, 2 de abril de 2012
JESUCRISTO NI MORIRÁ, NI RESUCITARÁ EN ESTA SEMANA SANTA
Millones de personas que se identifican de alguna manera con el Evangelio están ocupados en estos días celebrando la SEMANA SANTA.
Mi primera pregunta es si la voluntad de Dios es que los cristianos vivamos una semana santa al año y 51 semanas no santas. O si la vida del cristiano debe ser santa las 52 semanas del año.
Pero, es obvio, se trata de una celebración religiosa. Un momento. ¿Has pensado en su origen? Me dice un pastor, ah…la semana santa está descrita en la Biblia.
¿Es eso cierto? ¿Pablo, Pedro, Felipe, Bernabé tuvieron liturgias de semana santa? ¿El libro de los Hechos describe cómo los primeros cristianos celebraron la semana santa? ¿O quizá las epístolas lo muestras?
En los primeros dos siglos de Cristianismo, no hacía falta una liturgia de semana santa porque los cristianos vivían llenos del Espíritu Santo y tanto los ministerios de Efesios 4.11 como los dones del Espíritu estaban vigentes en las iglesias cristianas.
Pero poco a poco, la mezcla religiosa hizo que algunos cristianos quisieron meter a la iglesia el año litúrgico del Paganismo. Fue así como se introdujo la celebración de navidad el 24 de diciembre y se adoptó la cuaresma de los babilonios (cuarenta días en que endechaban la muerte de Tamuz atacado por una manada de jabalíes.) Y poco a poco se fue conformando el año litúrgico de la Religión Católica.
Hasta que en el Concilio de Nicea I (en el año 325) se estableció que la Pascua de Resurrección había de ser celebrada cumpliendo unas determinadas normas:
Que la Pascua se celebrase en domingo.
Que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se celebraba independientemente del día de la semana. (De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones).
Que los cristianos no celebrasen nunca la Pascua dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación porque el año nuevo empezaba en el equinoccio primaveral, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real (antes de la entrada del Sol en Aries).
Posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de primavera, y se debe calcular empleando la Luna llena astronómica. Por ello puede ocurrir no antes del 22 de marzo y el 25 de abril como muy tarde
Finalmente, Dionisio el Exiguo (en el año 525), desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la pascua cristiana.
La Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de primavera, y se debe calcular empleando la Luna llena astronómica. Por ello puede ocurrir no antes del 22 de marzo y el 25 de abril como muy tarde.
Hay que entender que las religiones babilónicas son cíclicas. Sus dioses nacen mueren y vuelven a nacer y a morir.
De allí la navidad de tamuz, y luego la celebración de su muerte, para volver a su nacimiento.
El gran error de los cristianos que han caído en la trampa de esta mezcla es que llegan a creer que verdaderamente Jesucristo muerte cada viernes santo a las 3 de la tarde y hasta se ponen de luto y lloran, y luego no faltan al culto de resurrección el domingo a las 5 de la mañana porque va a resucitar Jesucristo.
Las iglesias evangélicas tradicionales que siguen con el yugo de la liturgia romana, se ven pletóricas en estos “días santos” y luego desiertas el resto del año.
No hay plenamente una vida de Dios en quienes participan de dichas fiestas religiosas.
Sin embargo, la fuerza de la tradición y la necesidad de equiparar las actividades de la religión romana en las iglesias evangélicas es muy fuerte.
Dice el católico romano: “El viernes tenemos el sermón de las 7 palabras a las 3 de la tarde” y el evangélico responde: “También nosotros”.
Pero los cristianos que andamos en la restauración de todas las cosas hemos entendido que la revelación de Dios es lineal. Esto es, Jesucristo nace una sola vez en Belén, y muere una sola vez en el Calvario.
Tal como lo establece Hebreos 10.10: “ En esa voluntad somos santificados mediante la OFRENDA del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”
Y también Hebreos 10.14: “porque con una sola OFRENDA hizo perfectos para siempre a los santificados. “
De tal manera que este viernes santo no muere Jesús y el próximo domingo no resucitará de nuevo.
Los cristianos gozamos de la comunión con un Cristo vivo y de poder. Y somos heraldos de su resurrección de manera permanente.
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