sábado, 14 de abril de 2012
FAMILIAS QUE HAN SUPERADO LA TORMENTA.
Mientras una amplia gama de opiniones menosprecia el valor de la familia y sustenta que ya resulta obsoleto pretender establecer un hogar estable; a la luz de la Biblia, millones de cristianos, seguimos pensando que la familia surgió del corazón de Dios. Y que es la institución humana más digna y valiosa para preservarse.
Tal vez no todos los cristianos están conscientes de la gravedad extrema en que se encuentran las familias del mundo entero. Pero hay una debacle que causa terror cuando somos observadores desde esta realidad. Los hogares se están desintegrando. Escasean los hogares armoniosos, donde los hijos son felices.
J.M Gottmann – N. Silver, han escrito un buen libro intitulado Siete reglas de oro para vivir en pareja que ha editado Plaza & Janés en Barcelona, hace una década, en el año 2000. Alguien se preguntara: ¿Quién es J. M. Gottmann? Él es un judío, profesor de psicología de la Universidad de Washington y codirector del Seattle Marital and Family Institute.
Transcribo literalmente dos párrafos de esta obra en su página 286: “Las estadísticas de divorcios arrojan cifras muy serias. Las posibilidades de que un primer matrimonio acabe en divorcio en un período de cuarenta años es del 67 %. La mitad de los divorcios se producen durante los primeros siete años. Algunos estudios establecen que el índice de divorcios para segundos matrimonios es del 10 % más alto que el de los primeros matrimonios. Las posibilidades de divorcio son tantas que todas las parejas casadas –incluyendo aquellas satisfechas en su relación- deberían hacer un esfuerzo para mantener sólido su matrimonio.”
El otro párrafo asevera: “Una de las razones por las que un matrimonio fracasa es que ninguno de los cónyuges reconoce su valor hasta que es demasiado tarde. Sólo después de firmar los documentos, repartir los muebles y alquilar apartamentos separados se dan cuenta de lo mucho que han perdido. A menudo un buen matrimonio se da por sentado, no se valora, y no se le dedica el respeto y el cuidado que merece y necesita.. Algunas personas pueden pensar que divorciarse o languidecer en una relación infeliz no es nada serio, tal vez incluso lo consideren ‘moderno’. Pero ahora contamos con suficientes pruebas documentales para saber lo dañino que puede resultar para todas las personas implicadas”
De los dos párrafos anteriores desprendemos que, si alguien se ha divorciado una primera vez, y trata de rehacer su vida con un segundo matrimonio, en este segundo matrimonio, dicha persona tiene un riesgo 10% más que en el primero, de divorciarse.
La otra cosa fundamental: Todos los matrimonios tenemos en este libro, un llamado para que reconozcamos el valor de nuestro hogar. Un matrimonio requiere de cuidado y respeto; y los cónyuges debemos tener dicho respeto y dicho cuidado. Debemos trabajar por vivir en armonía.
En la España de hoy un matrimonio se rompe cada tres minutos. En los últimos cinco años, el divorcio se ha incrementado en algo más de un 45%. En Europa, la ruptura es cada 33 segundos. Vemos duplicado el número de hogares de una sola persona. Por otra parte, existen 232.863 familias recompuestas. Cada día la ruptura afecta a 408 matrimonios: para 2010, las proyecciones prevén una ruptura por cada boda. La reforma legislativa de 2004 -el ‘divorcio express’- acelera el trámite y rebaja los costes. En 2006 las rupturas registradas alcanzan un total de 155.000.
En su reporte "Indicadores sobre la situación conyugal de la población, matrimonios y divorcios ocurridos en México", advierte un aumento paulatino de las separaciones y las uniones; señala que en 2009, se dieron 558 mil 913 matrimonios contra 84 mil 302 divorcios; en tanto que entre 2000 y 2009 el monto de matrimonios se redujo 21% y el de los divorcios aumentó 61 por ciento".
El INEGI detalló que de los 30.5 por ciento de los divorciados estuvieron casados cinco años o menos 18.5% permanecieron unidas entre 6 y 9 años y prácticamente la mitad; es decir el 49.5% duraron 10 años o más; siendo la medida de los matrimonios que disolvieron su vínculo de manera legal a los 12 años.
Ante esta realidad LAS IGLESIAS CRISTIANAS EVANGÉLICAS DE MEXICO enfrentamos un reto mayúsculo.
Hay varias cosas concretas que podemos hacer para levantar en alto en Nombre Santo de Jesucristo ante la sociedad mexicana:
1.– TENER FAMILIAS ESTABLES:. Las iglesias cristianas evangélicas fuertes, se integran de familias. Y los pastores tenemos que trabajar para que las familias de nuestras iglesias sean bien avenidas, armoniosas, felices, prósperas….que respiren amor y libertad.
En particular, FILADELFIA debe trabajar para sus familias sean
FAMILIAS QUE HAN SUPERADO LA TORMENTA. Esto es, que han superado el fantasma del divorcio, de la separación conyugal.
2.– EVANGELIZAR: Mostrar a la sociedad que en Jesucristo está la fuente de la felicidad familiar personal. Que Jesucristo tiene un modelo de vida abundante y feliz para todos.
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