Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez en plena predicación. |
Mientras una amplia gama de opiniones menosprecia el
valor de la familia y sustenta que ya resulta obsoleto pretender establecer un
hogar estable; a la luz de la Biblia, millones de cristianos, seguimos pensando
que la familia surgió del corazón de
Dios. Y que es la institución humana más digna y valiosa para preservarse.
Tal vez no todos los cristianos están conscientes de
la gravedad extrema en que se encuentran las familias del mundo entero. Pero
hay una debacle que causa terror cuando somos observadores desde esta realidad.
Los hogares se están desintegrando. Escasean los hogares armoniosos, donde los
hijos son felices.
J.M Gottmann – N. Silver, han escrito un buen libro
intitulado Siete reglas de oro para vivir en pareja que ha editado Plaza & Janés en
Barcelona, hace una década, en el año 2000. Alguien se preguntara: ¿Quién es J.
M. Gottmann? Él es un judío, profesor de
psicología de la Universidad de Washington y codirector del Seattle Marital and
Family Institute.
Transcribo literalmente dos párrafos de esta obra en
su página 286: “Las estadísticas de divorcios arrojan cifras muy serias. Las
posibilidades de que un primer matrimonio acabe en divorcio en un período de
cuarenta años es del 67 %. La mitad de los divorcios se producen durante los
primeros siete años. Algunos estudios establecen que el índice de divorcios
para segundos matrimonios es del 10 % más alto que el de los primeros
matrimonios. Las posibilidades de divorcio son tantas que todas las parejas
casadas –incluyendo aquellas satisfechas en su relación- deberían hacer un
esfuerzo para mantener sólido su matrimonio.”
El otro párrafo asevera: “Una de las razones por las que
un matrimonio fracasa es que ninguno de los cónyuges reconoce su valor hasta
que es demasiado tarde. Sólo después de firmar los documentos, repartir los
muebles y alquilar apartamentos separados se dan cuenta de lo mucho que han
perdido. A menudo un buen matrimonio se da por sentado, no se valora, y no se
le dedica el respeto y el cuidado que merece y necesita.. Algunas personas pueden pensar que
divorciarse o languidecer en una relación infeliz no es nada serio, tal vez
incluso lo consideren ‘moderno’. Pero ahora contamos con suficientes pruebas
documentales para saber lo dañino que puede resultar para todas las personas
implicadas”
De los dos párrafos anteriores desprendemos que, si
alguien se ha divorciado una primera vez, y trata de rehacer su vida con un
segundo matrimonio, en este segundo matrimonio, dicha persona tiene un riesgo
10% más que en el primero, de
divorciarse.
La otra cosa fundamental: Todos los matrimonios
tenemos en este libro, un llamado para que reconozcamos el valor de nuestro
hogar. Un matrimonio requiere de cuidado
y respeto; y los cónyuges debemos tener dicho respeto y dicho cuidado. Debemos
trabajar por vivir en armonía.
En la España de hoy un matrimonio se rompe cada tres
minutos. En los últimos cinco años, el divorcio se ha incrementado en algo más
de un 45%. En Europa, la ruptura es cada 33 segundos. Vemos duplicado el número
de hogares de una sola persona. Por otra parte, existen 232.863 familias
recompuestas. Cada día la ruptura afecta a 408 matrimonios: para 2010, las
proyecciones prevén una ruptura por cada boda. La reforma legislativa de 2004
-el ‘divorcio express’- acelera el trámite y rebaja los costes. En 2006 las
rupturas registradas alcanzan un total de 155.000.
Hablando de la República Mexicana, en marzo de 2005, la Agencia Notimex
publicó una nota periodística con este título: Se divorcian 30 de cada
100 parejas en México. De las
parejas que se casan, 30% se divorcia en menos de cinco años; otro 30%
permanecen casados, y 13% se vuelve a casar.
Continúa la nota diciendo que: “Los matrimonios se divorcian debido a la
falta de tolerancia y de comunicación,
indicó la maestra e investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM,
Emilia Lucio.”
En México ha
ido en aumento el número de divorcios por cada 100 matrimonios. Observa la
gráfica:
Relación
divorcios-matrimonios
(1970-2008)
En 1970, por cada 100 matrimonios hay tres
divorcios; en el 2003, esta cifra se eleva a 11 divorcios y para 2008 hay 14
divorcios por cada 100 matrimonios.
FUENTE: INEGI. Relación divorcios
matrimonios 1970-2007.
|
Y finaliza la nota diciendo: “En entrevista, la experta en
tratar problemas de adolescentes y niños, así como terapia familiar, dijo que
en la actualidad la pareja vive condiciones muy diferentes a las de hace unos
dos o tres lustros, con situaciones más difíciles; pero lo más grave es que en
vez de buscar una solución, las personas nos adaptamos”.
Para la sociedad latinoamericana, y para el mundo en
general, debemos levantar una palabra de esperanza. Los hogares pueden y deben
ser rescatados. Tal como lo ha dicho Khalil Gibran (1883-1931) Ensayista,
novelista y poeta libanés: “Por muy larga que sea la tormenta, el sol
siempre vuelve a brillar entre las nubes.”
Algo que debe asentarse aquí también, es que dentro de
las Iglesias Cristianas Evangélicas en México,
los divorcios son casi nulos. Este es un dato que los gobiernos de
América Latina debieran considerar en toda su dimensión. Hoy por hoy, los hogares cristianos
evangélicos son más estables y armoniosos.
El diccionario define al matrimonio como una
institución social, reconocida como legítima por la sociedad, que consiste en
la unión de dos personas para establecer una comunidad de vida. Casarse es una
decisión muy importante para las personas.
El INEGI (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía), tiene también datos muy
importantes que considerar con relación a las bodas y los divorcios. Al 2005 se registraron 595 mil 713 matrimonios,
al 2006 la cifra fue de 586 mil 978, en el 2007 el número de matrimonios
registrados es de 595 mil 209.
Divorcios: De manera opuesta a la definición de
matrimonio, la palabra divorcio significa disolver, separar, apartar a las
personas que vivían en una estrecha relación. En los últimos años, el número de
divorcios en México se incrementó considerablemente. Al año 2005 se registraron 70 mil 184
divorcios, en el 2006 72 mil 396 y para
2007 la cifra es de 77 mil 255.
Divorcios. En los últimos años, el número de divorcios
en México se incrementó considerablemente. ¿Por qué? Se supone que ahora los
mexicanos tenemos un más alto nivel académico que nuestros abuelos, que hay
mayores recursos para que fluya información de todos los temas que necesitamos
investigar, que hay profesionistas
especializados en la conducta humana para dar asesoría competente a los
matrimonios.
Mi convicción es que aquí es donde entra la justificación
de la predicación del evangelio. Porque miles de libros hablan del matrimonio,
de la familia, de la educación de los hijos. Pero lo hacen con fundamentos
humanos. El hombre se ha olvidado de
Dios.
El hombre ya se siente adulto y cree que no necesita a
su Creador.
Oportuno resultará, cerrar este blog con las palabras del Salmo 127.1: “Si
Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no
guardare la ciudad, En vano vela la guardia.”
De acuerdo a la revelación de la Biblia el hombre sin
Dios no podrá caminar. No podrá caminar bien, ni tener éxito. Porque Dios es la
fuente de la vida, y la fuente de la verdadera sabiduría para vivir. Únicamente
los matrimonios que tienen en Dios sus fuerzas viven de manera armoniosa y
feliz.