Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez y discípulos recién convertidos en la Comunidad Cristiana Filadelfia de Seneka Kansas. |
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en PAZ con todos los hombres.” Romanos 12:18
INTRODUCCIÓN.
La
famosa incompatibilidad de caracteres, ha llegado a ser una razón muy socorrida
para huir del matrimonio, para abandonar a la familia, en muchos casos. ¿Cuándo
se dice que hay incompatibilidad de caracteres? Cuando los cónyuges chocan en
sus ideas y su manera de ver la vida.
Pero
quienes huyen o dicen no soportar a su cónyuge deberían de tomar en cuenta la
profunda reflexión de Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.
Quien afirmó: “Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de
los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda
encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”.
Ahora
enfocaremos nuestra atención a diferentes modos de conducir el gobierno más
complejo de la humanidad, el gobierno en un hogar.
1.- NUESTRA VISIÓN A LARGO PLAZO.
Los
jóvenes que están por contraer matrimonio, debieran detenerse un momento
suficiente para reflexionar en el alto privilegio y la gran responsabilidad que
adquirirán en breve, cuando lleguen a ser padres de familia. ¿Cómo quisieran
ver a sus hijos a largo plazo?
Todo
ser humano bien nacido, desea tener hijos y formarlos para que sean hombres de
bien. Quienes tenemos el privilegio de ser cristianos con mucha mayor razón.
Sin embargo, debe haber más que la posibilidad de que los hijos crezcan sanos,
fuertes, saludables y con buenos principios. Deberíamos enfocar nuestro esfuerzo en presentarle a
Dios, hijos que sean semejantes al Señor Jesús.
Solamente con una nueva generación con las
características del Señor Jesús, podemos esperar que la sociedad sea
impactada. ¿Es urgente tener esta visión,
este sueño? ¡Sí!
Pero
la realidad es que muchos hogares están en crisis, y la sociedad está
decadente. ¿Estás consciente de que muchos pecados, se han concentrado al
interior de los hogares?
Acaso
¿Habrá un hogar en donde no se viven tensiones de diversa índole? Es
perfectamente aplicable la amonestación de la Epístola a los Efesios 4:31: “Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, GRITERÍA y maledicencia, y toda
malicia”. Sí, porque es de la experiencia de casi todos que en nuestra
infancia sufrimos enojos constantes, que crecimos con abuso verbal y físico,
gritería, celos sin razón, resentimientos, falta de perdón, amargura, separación
y divorcios, homicidios.
Hay
padres de familia cuyo flagelo cotidiano es saber que sus hijos viven en las calles practicando delitos y pecados, y que se han
salido de su control. No actuaron a tiempo.
2.- PRINCIPIEMOS POR LA COBERTURA.
Hay
hogares carentes de autoridad y cobertura. El padre o se ha ido o no funge con
la autoridad y responsabilidad que le corresponde conforme al rol que Dios
mismo ha establecido en su
Palabra.
Efesios
5:23 dice: “Porque el marido es Cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la
Iglesia, la cual es su cuerpo y él es su Salvador” Los pastores debiéramos estar preparados para
guiar oportunamente a nuestros discípulos que son padres de familia. El
versículo anterior lleva a la cobertura del hogar, enseña que el padre de
familia debe estar vigilante de las
artimañas del enemigo y sus huestes de maldad; el padre de familia no solo
traerá provisión al hogar sino dará previsión para la vida, cuidando y
protegiendo a la familia en todos los ámbitos, solucionando los problemas que
se vayan presentando día a día, guiado por el Espíritu Santo. La Biblia debiera
ser el manual de consulta constante al enfrentar las diferentes situaciones del
hogar.
Repito:
Nuestra sociedad está enferma, la esperanza debe brillar desde los hogares
cristianos. Solamente con una nueva generación con las características del
Señor Jesús, podemos esperar que la sociedad sea impactada.
3.- UBIQUÉMONOS EN EL MOMENTO.
La
etapa más importante en la que debemos construir puentes de comunicación con
nuestros hijos es la adolescencia, que es cuando muchos padres se rinden.
La
adolescencia es una etapa de cabios, de búsqueda y autoafirmación de sí mismos,
de formación de su personalidad, de formación de principios y convicciones,
pero también es una etapa de inseguridad. Si como padres tomamos en cuenta lo
anterior, estaremos en mejores condiciones de tener un magnifico papel como
padres.
4.- PONGAMOS EL FUNDAMENTO DE LA
AUTORIDAD.
Si
tú no pusiste límites y objetivos en la educación de tus hijos cuando éstos
nacieron, hazlo ahora mismo. Cada hijo debe saber que son los padres por la
autoridad natural que tienen sobre ellos quienes ponen límites y lineamientos
en el comportamiento de los hijos.
El
problema que encuentro con mucha frecuencia es que los padres actuales, son
demasiado consentidores y laxos. Permiten que los hijos hagan casi todo lo que
ellos quieren sin que haya poder humano que tenga la capacidad de decir: “esto
no”.
Proverbios
29:15 dice: “La vara y la corrección dan sabiduría;
Mas
el muchacho CONSENTIDO avergonzará a su madre.” En esa dirección debiera encaminarse todo padre de
familia, en que sus hijos tengan sabiduría para vivir bien.
5.- EVITEMOS LOS ERRORES MÁS FRECUENTES.
A) FALTA DE ATENCIÓN. Hay padres que se forman un juicio
equivocado de sus hijos, sin escucharlos jamás. Están tan ocupados en tantas
cosas que jamás se han sentado con calma a escuchar lo que sus hijos les tienen
que decir. Susana Wesley que hemos referido en capítulos anteriores tenía un
momento especial para cada hijo, una vez a la semana.
B) AUTIRTARISMO. Decirle al hijo: “Me obedeces porque me
obedeces” es una estrategia equivocada para imponer la autoridad de los padres
sobre sus hijos. Ser autoritarios es el polo opuesto a ser padres
consentidores. Un padre prudente y sabio explica a sus hijos con calma y
claridad las razones que tiene para pedirles que le obedezcan en cosas
específicas.
C) INCUMPLIMIENTO. Cuando el niño llora porque la madre
tiene que salir y ella le dice: “Quédate y te traigo un chocolate” y el niño se
queda tranquilo y esperando lo prometido, la madre lo daña si al regresar no
trae nada ni explica nada. Los padres que quieren construir una autoridad
armoniosa deben cumplir tanto las promesas como las advertencias. Hay papás que
le dicen a su hijo: “Si repruebas matemáticas, no te dejaremos ir con tus
abuelos de vacaciones”, reprueban y el muchacho se va tranquilo, y los padres
se quedan mudos.
D) EL SI Y EL NO. Dos palabras cortas que determinan el éxito
en la formación de los hijos. Cultive la negociación con sus hijos con el “si”.
“Si puedes ir a jugar con tus amigos, pero deberá de ser después de terminar la
tarea y sólo podrás salir una hora y media” y el hijo dice: “Dame dos horas”…está
bien. Pero cuando tú como padre o madre le hayas dicho a tu hijo: “no” ese no
es un coche que no tiene velocidad de reversa. Porque si un día le dices a tu
hijo “no” y el angelito con cara de súplica te convence a cambiarlo por un “si”
después no llores porque sea él quien ponga las reglas del juego.
E) INCOHERENCIAS. Ante los mismos hechos, los padres
deben tener la misma actuación. Si hoy estás contento y tu hijo no tiende su
cama y te ríes con él, pero mañana no tiende su cama y estás enojado y le
gritas, lo confundirás. Procura que tu estado de ánimo no cambie los parámetros.
Además, los padres deben ponerse de acuerdo antes de entrar en acción con sus
hijos. Porque si el padre dice: “Te comes esa ensalada” y la madre al final
dice: “Bueno, si ya no quieres la ensalada, déjala” abran dañado a su hijo.
F) HUMILLAR A LOS HIJOS. ¿Habrá algún padre que no se
haya salido de sus casillas alguna vez? Es casi imposible encontrarlo. Sin
embargo, los padres debemos cuidar en no lastimar la autoestima de nuestros
hijos, ni humillarlos al corregirlos. Evitemos los gritos, los insultos. Si estás
irritado, posterga el momento para hablar con el hijo que ha cometido una
falta.
G) EXIGIR RESULTADOS ILÓGICOS. Muchos padres en su
desesperación porque el hijo supere algún obstáculo, lo presionan demasiado y
le exigen resultados “para ayer” es decir, inmediatos y notorios. Los padres
debemos ser cuidadosos en observar cualquier avance, cualquier cambio,
cualquier esfuerzo que nuestro hijo hace por superar un problema o salir de una
crisis.
6.- EL MEOLLO DE NUESTRA MISIÓN
EDUCADORA.
Sobre todas las cosas, procura amar intensamente a tus
hijos, deposítales suficiente confianza. Enséñales con paciencia cosas concretas.
Dales tiempo suficiente para que aprendan lo que para ti es importante. Cuando
veas que hacen un esfuerzo extra en cualquier área de su vida, estimúlalos,
hazles saber que te has dado cuenta de ese esfuerzo.
Sobre todo, será saludable para toda la familia, que
los objetivos por alcanzar en la formación de los hijos, estén primero,
claramente definidos por ambos padres de familia. Que estén escritos en letras
grandes y en algún lugar visible de la casa, que en la medida en que los hijos
van creciendo se les vaya inculcando los objetivos e que se les incluya en la obtención
de los mismos. Y si en algún momento,
hay la leve sospecha de que se están olvidando los objetivos, hay que sentarse
a la mesa y volver a repasarlos y a afirmarlos.
No pongas muchos objetivos, deben ser pocos, claros,
trascendentes y bien definidos.
CONCLUSIÓN
Lograr armonía al gobernar la familia, a educar a los
hijos y al enfrentar problemas diversos, debiera ser un placer y una vivencia
en todos los hogares.
¿Has considerado el lugar que
debe tener la constancia en la formación de los hijos? Debiera tener un primerísimo
lugar en la misión de educar a las nuevas generaciones, si entendemos por constancia, la firmeza en las resoluciones. Es una actitud de ánimo con
relación a un propósito determinado. Nace
de una decisión basada en el
conocimiento que se posee, y se realiza una elección que perdura en el tiempo
hasta alcanzar una meta en la vida. Cuando sientas que todo es cuesta arriba en
la formación de tus hijos, respira hondo, toma ánimo en Dios y su Palabra y
sigue adelante. Recuerda que la fuerza
de voluntad y el esfuerzo a largo plazo son dos aliadas del valor de la constancia.
Resulta muy oportuna la frase célebre
de Benito Juárez, cuando escribió: “Hay que seguir la lucha con lo que podamos
hasta que podamos”
Si tu misión de buen padre o de
buena madre, ha de ser apreciada por tus hijos cuando lleguen a la vida adulta,
tú como buen soldado no debes tomar descanso hasta lograr tus objetivos.
Para que la frase del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht ((Augsburgo, 10 de febrero de
1898 – Berlín Este, 14 de agosto de 1956) se te aplique a ti: “¡Ay de
los que luchan toda la vida! Esos son los imprescindibles”