martes, 16 de noviembre de 2010

LOS PAPAS, LA BIBLIA Y LA CIENCIA

El papa Sixto V hizo preparar una versión de la Biblia, la cual declaró como auténtica y muy fiel; pero dos años más tarde, Clemente VIII declaró que estaba llena de errores y ordenó hacer otra.

Al surgir el Cristianismo y propagarse por el mundo gentil, se encontraron con que en las sinagogas judías se tenía una traducción del Antiguo Testamento que se había hecho en Alejandría del Hebreo al Griego, por Ptolomeo Filadelfo II. Así que casi todos los cristianos gentiles principiaron a usar de manera natural esta traducción que se conoce como de LOS SETENTA o Septuaginta, hasta aproximadamente el siglo cuarto.

Por supuesto, también había una considerable cantidad de literatura que se consideraba escritura inspirada en la diáspora, pero que jamás fueron reconocidas como inspiradas por Dios, y que particularmente el Concilio judío de Jamnia en el año 95 rechazó, incluyendo los libros apócrifos que la Religión Romana tenía como apéndice en sus ediciones y en 1554 mediante el Concilio de la Contra reforma incluyó como parte integral de la Biblia.

El Concilio de Jamnia, fue de rabinos judíos, y claro está que ellos fueron el receptáculo del Antiguo Testamento y tienen prioridad al opinar sobre los libros canónicos. He aquí el cuádruple criterio que este Concilio usó para reconocer los 39 libros del CANON PALESTINO: 1. Los libros tenían que ajustarse al Pentateuco (los primeros 5 libros). 2. Los libros tenían que ser escritos en Hebreo. 3. Los libros tenían que ser escritos en Palestina. 4. Los libros tenían que ser escritos antes del año 400 B.C. Por supuesto que este tema del canon, merece un libro aparte.

Tras la total hegemonía de la Biblia en griego en el mundo cristiano, y a medida en que el Griego Koiné (popular) fue perdiendo vigencia social se fue sintiendo la necesidad de traducir la Biblia. En el mundo occidental y por conducto del Imperio Romano, el latín fue el nuevo idioma de las traducciones populares de la Biblia

LA BIBLIA VETUS LATINA

Poco a poco, los textos en Griego de la Sagrada Escritura usados por las Iglesias primitivas, en los primeros siglos fueron traducidos al latín. Así, el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento ambos traducidos al latín, constituyen la "Antigua Latina" o Vetus Latina. Se trata de la primera traducción completa conocida hecha por los cristianos gentiles en varias partes del Imperio Romano y en diferentes momentos. Son un conjunto de diversas traducciones del texto griego, según opinan numerosos especialistas.

Parece que se puede fechar esta primera traducción latina hacia el tercio final del siglo II d.C. y el lugar de las primeras traducciones, tal vez haya sido África. Para mediados del siglo III d.C. se tenía ya un texto completo de la Biblia en latín.

LA VULGATA
Estas "ediciones" latinas se difundieron ampliamente y ya para el siglo IV mostraban la necesidad de ver su texto depurado debido a la gran variedad de diferencias textuales que se habían ido incorporando a él por diversas razones

Jerónimo dijo: “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”. Entre el 382 y el 404, Jerónimo trabajó arduamente para hacer la traducción que se conoce como La Vulgata Latina.

La Vulgata Latina se convirtió en la traducción oficial de la Religión Católica Romana. Jerónimo no incluyó los libros apócrifos, en su traducción. Este hombre tenía conocimiento del canon hebreo que se había desarrollado y sabía que esos libros no tenían la inspiración divina de los libros canónicos, y sabía que los judíos de Palestina jamás los reconocieron. Para profundizar sus investigaciones al respecto, inclusive se trasladó a vivir un tiempo a Belén de Judea.

Agustín de Hipona contemporáneo de Jerónimo, quien con toda la fama que le ha construido el Romanismo, a pesar de que Agustín murió fuera de la comunión con Roma; y quien por mucho, nunca tuvo la autoridad intelectual respecto del canon que a Jerónimo se le reconoce de manera universal, movió sus influencia para incluir los libros apócrifos en la Vulgata. Aún así, los apócrifos fueron impresos

Hay que añadiré este dato importante: Jerónimo no era bien aceptado en la antigua capital de Roma, por su alta capacidad intelectual. Por eso, cuando surgió la disyuntiva de incluir o no los libros apócrifos, este hecho también influyó que estos libros ya mencionados fueran agregados a la Vulgata Latina.

La Vulgata se convirtió en la obra oficial de la Iglesia Católica Romana, por muchos siglos, aun hoy se utiliza, pero ya no con la misma fuerza e importancia, ya que han surgido nuevas versiones católicas que abandonaron la tradición de usar como base de traducción la Vulgata. Ahora existen muy buenas obras católicas como la Biblia de Jerusalén.

Es lamentable ver que la Religión Católica ha manoseado aún el texto sagrado, para imponer sus dogmas. Tal vez el mejor ejemplo, es el añadido que hizo a I Juam 5.7. Ahora sabemos que dicho añadido es del siglo VII, porque en todos los manuscritos que existen actualmente, no aparece dicho texto, y por supuesto que en los manuscritos griegos menos. Según la Vulgata Latina, I Juan 5. 7 que dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. Repitamos la gran verdad. Dicho versículo no existe en los originales más antiguos, fue añadido por un monje.

De entre la correspondencia que se ha conservado entre Jerónimo y Dámaso, obispo de Roma, que ahora hacen aparecer como Papa, hay una carta en donde Dámaso le pide explicaciones de la Biblia a Gerónimo.

En esta correspondencia, escrita en Roma en el año 384 dC, Dámaso le hace cinco preguntas a Jerónimo:26¿Cuál es el significado de las palabras «aquél que matare a Caín recibirá una venganza diez veces más mayor»?

Si Dios ha hecho todas las cosas buenas, ¿cómo es que le pide a Noé que se encargue de los animales impuros, y le dice a Pedro «no puedes llamar ordinario aquello que Dios ha purificado»?

¿Cómo es que en Génesis 15.16 se aseguró que «con la cuarta generación volverán a reunirse de nuevo» para afirmarse en Éxodo 13.18 que es en la quinta generación los hijos de Israel que se acercaron a las tierras de Egipto»?
¿Por qué Abraham recibió la circuncisión como señal de su fe?
¿Por qué Dios dejó a Isaac, que era un hombre honrado y el entregado a Él, convertirse
Lo anterior nos habla de la gran sapiencia de que gozó Gerónimo.

PROHIBICION DE LEER LA BIBLIA

Si te preguntas: ¿Cuándo la Religión Católica prohibió la lectura de la Biblia? La respuesta es: "durante todo el período de la Santa Inquisición (Siglos XI al XX) y oficialmente fue declarada en el concilio de Valencia en el año 1229".

En el concilio de Valencia, en el año 1229 se prohibió oficialmente la lectura de la Biblia. Esto lo puede leer Ud. en cualquier libro antiguo de la propia Religión Católica Romana. Por supuesto que la jerarquía ha eliminado ese dato de todos sus archivos de Internet, hasta el grado tal de asegurar que ignora si existió realmente tal concilio.

Pero baste saber cuál ha sido la actitud del Papado frente a la Biblia, al darnos cuenta que durante todo el tiempo de vigencia judicial de la Inquisición, tener una porción de la Biblia era delito suficiente para ser encarcelado, torturado y en el mayor de los casos quemado vivo en la hoguera por hereje.

He aquí un dato adicional. Francisco de Enzinas, hizo una traducción del Nuevo Testamento, y se la presentó personalmente a Carlos V, creyendo que iba a darle su apoyo. Pero oh! sorpresa, lo que Carlos V hizo fue encarcelarlo por ese terrible delinto contra la santa religión. Por la gracia de Dios logró escapar de la cárcel.

Index Librorum Prohibitorum

La Religión Católica no ha querido exterminar sólo a los precursores de la Reforma, a los reformadores y a sus hijos espirituales. No. Sino que también ha tenido la pretensión y la ambición de controlar el pensamiento filosófico y científico de la humanidad.

Así que para eliminar de los países católicos las Biblias “protestantes”, los libros protestantes y los libros filosóficos o científicos que contradecían los dogmas y falacias de la Religión Romana, ésta creó en el año 1559 a través de la Sagrada Congregación de la Inquisición el llamado Index Librorum Prohibitorum.

El Index contenía nombres de autores cuyas obras estaban prohibidas en su totalidad, obras aisladas de otros autores o anónimas y también un detallado repertorio de los capítulos, páginas o líneas que debían ser cortados o tachados. Esta labor correspondía a los bibliotecarios, que debían ocuparse de ellas antes de dejar los libros en manos de los lectores.

Por ejemplo, en la edición de 1632 (página 63) se indica que en el Dioscórides de Andrés Laguna, un libro de Materia Medica, debe tacharse la frase «siembranse con maldiciones las Albahacas, y según Plinio, crecen muy viciosas con ellas» («viciosas» alude aquí a vigorosas). En la misma página se explica que frases como la anterior deben borrarse por encontrarse en lengua vulgar, accesible pues al vulgo, pero que no lo necesitarían si estuvieran en latín o griego. Los autores contemporáneos a la decisión censora podían elegir omitir ellos mismos en sucesivas ediciones los párrafos censurados. El Index fomentaba así la autocensura por los propios autores.

Para el mantenimiento del Index después de la primera edición, de Pío V, se instituyó en 1571 la Sagrada Congregación del Índice. El Índice fue actualizado regularmente hasta su suspensión, en 1966, con materiales que se fueron agregando tanto por la Congregación como por el Papa. Otras congregaciones, como el Santo Oficio, pasaban a la anterior sus propias correcciones, para que las incorporara. Al final la lista debía ser aprobada por el Papa, que podía indultar a algún autor o añadir otro, como ocurrió en el caso de Lamennais.

La lista incluyó a autores literarios como Rabelais (obra completa) o La Fontaine (Contes et nouvelles), pensadores como Descartes, que era un ferviente creyente en Dios, tanto que dijo: “En el corazón del hombre hay un vacío con la forma de Dios, que nadie puede llenar, sino solo Dios” o Montesquieu y científicos protocientíficos como Conrad Gessner o Copérnico.

EL AVANCE DE LA CIENCIA

Aquí es obligada una seria reflexión del papel tan negativo que la Religión Romana ha tenido en contra del progreso de la humanidad. Su actitud es miserable y reprobable, porque atenida al control hegemónico de que gozó en la Edad Media, aplastó a cuantos pudo, aun cuando la Historia ha demostrado que muchos de ellos tenían la razón y actualmente la humanidad toda los reconoce.

Así vemos cómo muchos de los más preciados avances intelectuales de la historia de la humanidad aparecieron inicialmente plasmados en la pluma de un solo hombre. De hecho, la gran mayoría de las ideas revolucionarias de la historia han visto la luz en un puñado de obras geniales que con el paso del tiempo la memoria colectiva va olvidando.

En 1543, Nicolás Copérnico publicó “De revolutionibus orbis coelestium”, y comenzó las bases que terminarían desmoronando a la teoría ptolemáica vigente por más de mil años, que afirmaba erróneamente que la Tierra se encontraba situada en el centro del Universo. Es importante aquí asentar que aunque la Religión Católica Romana se precia de haber sido “guardiana” de las Sagradas Escrituras. Siempre ha sido o ignorante del contenido de ellas o rebelde a la enseñanza de ellas.

¿Por qué afirma esto el autor? Porque la Biblia declara como revelación de Dios, lo que Galileo y Copérnico descubrieron.

Isaías 40.22 en la revisión de 1909 de Reina Valera dice: “El está asentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores son como langostas: él extiende los cielos como una cortina, tiéndelos como una tienda para morar”

Este mismo texto bíblico de Isaías 40.22 en la Biblia Católica de Jerusalén dice:” El está sentado en el orbe terrestre, cuyos habitantes son como saltamontes, Él expande los cielos como un tul,

Tomemos en cuenta que Isaías profetizó en el siglo VIII antes de Cristo. O sea que 24 siglos antes de que la Religión Católica Romana condenara a Copérnico, ya la Biblia había declarado, lo que 2400 años más tarde, la ciencia descubriría ¡Maravilloso! Lamentablemente la Religión Romana teniendo la Biblia, cometió esta vergonzosa defensa de un mito contra la Revelación de Dios que los científicos han descubierto: La redondez de la tierra.

Lo anterior fue un durísimo golpe para la Religión Católica y una de las principales razones por las cuales el Vaticano se defendió de los ataques intelectuales de la época creando el tristemente célebre Index Librorum Prohibitorum, o índice de libros prohibidos, que terminaría llevando a la hoguera a varias de las más brillantes mentes de la Historia.

Las enmiendas fueron publicadas en 1620, pero la obra de Copérnico (De revolutionibus orbis coelestium) no salió del Index hasta 1758. Johannes Kepler, que defendió en 1618 el heliocentrismo de Copérnico, fue a su vez incluido en el Índice.

PREJUICIOS DOCTRINALES, MOVIMIENTO CARISMÁTICO Y ECUMENISMO.

¿Y qué del impulso que algunos papas han dado a la lectura de la Biblia? Debemos comentar aquí dos cosas: 1) Que la Religión procura primero imponer sus dogmas y tradiciones, y usa la Biblia solamente como una herramienta para darle respaldo a dichas doctrinas. Lo hace bajo el “magisterio” de la iglesia. . Así que con Biblia y sin Biblia básicamente los católicos siguen igual y creyendo lo mismo.
A menos que alguno de ellos logre leer la Biblia de manera independiente bajo la dirección del Espíritu Santo, entonces se produce la conversión a Cristo y el abandono consecuente con la Religión de los papas. Y 2) mucho de lo que ahora hace el Romanismo, como cantar los himnos evangélicos, cultos de sanidad divina, y el movimiento carismático, son tentáculos del ecumenismo que Roma ha implementado con un solo propósito: Hacer que las iglesias cristianas evangélicas regresen a Roma. Lo cual es imposible. Aunque cuando algún cura anglicano regresa a Roma, ésta echa todas las campanas al vuelo. Pero la realidad es que millones de católicos está abandonada Roma para engrosas las filas de las Iglesias Cristianas Evangélicas.

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