Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez dictando una ponencia en céntrico hotel de la Cd. de México. |
“PADRE de huérfanos y defensor de viudas
Es
Dios en su santa morada.” Salmos
68:5
INTRODUCCIÓN
Que no quepa duda en cuanto al enfoque del presente
capítulo. Hablaremos de casos, en donde los hijos de pronto por enfermedad o
por accidente quedan huérfanos de padre o madre. Y algunas veces huérfanos de
ambos.
Pero el enfoque central, es ese fenómeno,
lamentablemente cada día más frecuente. Cuando hay separación, abandono o
divorcio y alguno de los cónyuges dejan de ser literalmente parte de la
familia.
¿Cómo hallar la armonía en estos casos? Para algunos
adultos, tal vez estos episodios signifiquen el final de la vida, sin embargo,
la vida tiene que seguir.
1.- ASIMILIACIÓN DEL HECHO.
Jean
William Fritz Piaget fue un epistemólogo, psicólogo y biólogo suizo, creador de
la epistemología genética. Piaget fue famoso por sus aportes en el campo de la
epistemología genética.
Y Piaget dice que la asimilación (del Lat. ad = hacia
+ similis = semejante) es un concepto psicológico introducido por Jean Piaget
para explicar el modo por el cual las personas ingresan nuevos elementos a sus
esquemas mentales preexistentes, explicando el crecimiento o cambio
cuantitativo de éste. Es, junto con la acomodación, uno de los dos procesos
básicos para este autor en el proceso de desarrollo cognitivo del niño. Se
diferencia de ésta última en que no existe modificación (acomodación) en el
esquema sino sólo la adición de nuevos elementos. El esquema (o esquema de la
conducta) viene a ser la trama de acciones susceptibles de ser repetidas
(Merani, 1979)
Cuando un niño ha crecido
sintiéndose amado y protegido por ambos progenitores, y de pronto, ve perdido a
alguno de los dos, requiere de tiempo para asimilar el hecho. Inevitable. Dicha
asimilación conlleva dolor.
2.- PRESENTESE LA VERDAD.
Cuesta trabajo comunicar una verdad que lastima, que
destruye mucho de la personalidad de los que amamos. Pero en cuanto a la
partida de un progenitor, lo mejor a largo plazo es hablar con el hijo o con
los hijos con la verdad pura y simple.
Si el padre ha muerto, a menos
que el niño tenga tres años o menos, se le dirá que está brillando como una
estrella en el cielo y que desde allí contempla a su hijo al cual ama siempre.
Pero cuando los hijos son de mayor edad, aunque la situación sea altamente dolorosa,
lo mejor es sentarse con ellos y comunicarles la verdad.
Al igual que cuando hay un
abandono, una separación pactada o un divorcio necesario. Hay que sentarse con
los hijos, hablar de manera tranquila, mirarlos a los ojos y decirles la
verdad. En este caso es muy importante que el padre o la madre que queda en
casa con los hijos por circunstancias naturales o por resolución legal, jamás
pretenda destruir la imagen del progenitor que se fue. Eso solamente producirá
rencor de los hijos, hacia el progenitor con quien quedan los hijos, y se
establecerá un divorcio. Hay una regla de oro para la relación armoniosa entre
un padre y sus hijos y está escrito en Colosenses 3:9: “No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”
Si
hay algo que comunicar de las razones de
dicha separación, el progenitor que queda, y habla debe mostrarse, humilde,
veraz, misericordioso, y sobre todo proyectar su amor hacia sus hijos,
ofreciéndoles que hasta donde esté a su alcance hará lo mejor por suplir la
ausencia del progenitor que se ha marchado.
3.- TRAZAR NUEVAS REGLAS.
Una vez restablecido el orden en casa, el padre o la
madre que quedan con la responsabilidad o patria potestad sobre los hijos, debe
tener una serie de reuniones con los hijos, y establecer lineamientos de
conducta que deben quedar claramente establecidos. En medio del tiempo de
crisis por la pérdida, el progenitor que quede con el hijo o los hijos, debe
lograr que su autoridad quede claramente establecida y sin discusiones.
Si las nuevas generaciones
asimilarán la bienaventuranza de respetar las regias que sus padres les
imponen, este mundo sería mucho más bello. Dice Proverbios 22:28: “No
traspases los LINDEROS antiguos, que pusieron tus padres.”
4.- DEFINICIÓN DE QUIEN TIENE IN GERENCIA EN LOS HIJOS.
La in definición de quienes
tienen derecho de dar órdenes a los hijos, cuando un padre se ha marchado es
uno de los problemas más frecuentes y que producen dolor, frustración y
desorientación en los hijos. Es muy común, que al faltar un progenitor, tíos,
abuelos y demás familiares se sientan con el derecho de venir, opinar y mandar
a los hijos.
Cuando esto sucede, el problema fundamental es que las
ordenes o indicaciones se dan con diferentes criterios y con frecuencia, dichos
criterios resultan ser contradictorios. Tal vez sea aquí en donde nos faltaría
la frase de Cicerón: “Ninguno debe obedecer a los que no tienen
derecho a mandar”
El padre o la madre que queda
con el precioso privilegio de ejercer la patria potestad, o la responsabilidad
“de facto” cuando un cónyuge se va sin definir la situación jurídica de los
hijos.
Pero que quede claro. Lo que la
Escritura dice es irrebatible. Colosenses 3:20 dice: “Hijos, OBEDECED a vuestros padres
en todo, porque esto agrada al Señor.”
5.- DEBE ACTUARSE CON VALENTÍA.
Finalmente, el progenitor que
queda con la preciosa carga de la atención y formación de los hijos, debe
actuar con valentía. Cuando una persona
es valiente, logra vencer sus temores o dudas y actúa con decisión y firmeza. Y
Dios de una manera extraordinaria, equipa al padre o a la madre que ve por sus
hijos, no sólo con recursos materiales, sino con la capacidad de cumplir una
misión trascendente. La valentía es una
actitud que sólo los seres humanos pueden tener ya que supone cierta
racionalidad sobre situaciones en las que no pude guiarse solo por instinto o
por impulso.
De entre los hombre de África
que admiro, está Nelson Mandela quien ha dicho: “No es valiente aquel que no tiene
miedo sino el que sabe conquistarlo” Ni el menosprecio de los conocidos,
ni la marginación de la propia familia.
Nada, nadie debe hacer que nuestro auto aprecio se vea
minado por causa de una separación. Lo que determina el éxito no es lo que ya
pasó sino como enfrentamos el presente y el futuro. Dice el Salmo 45:3: “Ciñe tu
espada sobre el muslo, oh VALIENTE, con tu gloria y con tu majestad.”
CONCLUSIÓN
Por lo tanto, si alguien enfrenta la pérdida de su
cónyuge y tiene por delante la empresa de formar a sus hijos, no dude que es
posible tener un hogar armonioso y con gran éxito si se deposita toda la
confianza en el Creador y se dan pasos concretos desde el principio.
Si eres padre o madre, deja en
tus hijos una herencia de generosidad, que sembrarás en ellos al formarlos. No
pudo haberlo expresado mejor Johann W. Goethe, cuando asentó: “El
hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás
y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio”
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