TOMADO DE LA REVISTA MILENIO SEMANAL.
En Guanajuato, expedientes encubiertos de Maciel
Como sombra de la visita papal estarán las diversas denuncias de pederastia contra el fundador de la Legión de Cristo, las que nunca fueron atendidas por Joseph Ratzinger. En más de 600 páginas se exponen esos abusos.
2012-03-18 | Milenio SemanalEnviar NotaImprimir
El Vaticano ocultó un expediente de Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo, que contenía las denuncias de los abusos sexuales cometidos por éste desde 1940. Las pruebas del encubrimiento ya se tienen, pero el papa Benedicto XVI no tiene previsto en su agenda reunirse con las víctimas de esos abusos durante su visita a México, como sí lo ha hecho en otros países.
El archivo, que se encuentra en su mayor parte en la Congregación Pontificia para los Religiosos y la Vida Consagrada, y que fue entregado a los ex legionarios que denunciaron los abusos sexuales de Maciel Degollado, consta de 212 documentos y más de 600 páginas, en donde se tipifican los delitos y abusos del fundador de la Legión.
Estos documentos inéditos se darán a conocer el sábado 24 de marzo, un día después de la llegada a Guanajuato de Benedicto XVI. De haberse tomado en cuenta, podrían haber obstaculizado el proceso de beatificación del papa Juan Pablo II.
El ex sacerdote Alberto Athié Gallo, quien denunció los abusos cometidos por Maciel a Juan Manuel Fernández Amenábar, ex rector de la Universidad Anáhuac, manifestó que el expediente les fue entregado por personas que se encuentran indignadas por la rapidez con que se otorgó la beatificación de Juan Pablo II.
Entre los documentos que se encuentran en el expediente está la misiva que Athié Gallo envió en 1999 a Joseph Ratzinger, entonces responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y que fue llevada al Vaticano por el obispo de Coatzacoalcos Carlos Talavera, quien obtuvo como respuesta del actual Papa lo siguiente: “Lamentablemente, el caso de Marcial Maciel no se puede abrir porque es una persona muy querida del papa Juan Pablo II, y además ha hecho bien a la Iglesia. Lo lamento, no es posible”.
Marcial Maciel con jóvenes Legionarios de Cristo. Foto: Especial
También se incluirán los documentos clave presentados por los ex legionarios a las autoridades vaticanas, como la carta que el ex nuncio Justo Mullor les recomendó que entregarán.
Todos esos documentos, afirmó, se encuentran en las oficinas del Vaticano, por lo que el actual Papa, al tener conocimiento de las denuncias, debió haber atraído toda la información en su carácter de titular responsable de la congregación institucional de aplicar el Derecho Canónico.
Tan sólo con la denuncia de los ex legionarios presentada en 1998, habría sido suficiente para solicitar los expedientes de Marcial Maciel que se tienen en la Arquidiócesis de México y en la Diócesis de Cuernavaca desde la década de los años sesenta del siglo pasado, porque el cardenal Darío Miranda y el obispo Sergio Méndez Arceo enviaron documentos en los que exponían la problemática de Maciel.
El Vaticano consideró que esas evidencias, las denuncias, las cartas y la súplica de las víctimas que demandaban justicia, eran “irrelevantes”.
Tras conocer el archivo, Athié Gallo pregunta: “Si, como dicen algunos, Juan Pablo II desconocía el caso Maciel, ¿entonces quiénes ocultaron la información y por qué motivos, sobre todo por el costo que tendría para el Papa y para su beatificación? ¿Qué poder tenía Maciel para neutralizar la labor del cardenal Ratzinger, quien tenía conocimiento de las denuncias, y por qué prevaleció la versión del fundador de los Legionarios de que era un complot en su contra?”.
Por lo mismo, el ex sacerdote señala que “hay una responsabilidad del actual Papa, porque al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe no actúo en contra de Marcial Maciel”.
Los expedientes encubiertos se integraron en un libro intitulado La voluntad de no saber, publicado por Random House Mondadori, y que se presentará el próximo sábado y será entregado a la Nunciatura Apostólica y al cardenal Norberto Rivera Carrera, entre otros. Los autores son: José Barba, Alberto Athié y Fernando González.
Este será la segunda ocasión en que públicamente se darán a conocer archivos de la Santa Sede en los que se expone la forma en que se ocultaron los delitos de Maciel Degollado. La primera ocasión fueron presentados por Fernando González en su libro Marcial Maciel, de editorial Tusquets, donde se dan a conocer archivos del padre Luis Ferreira Correa, quien fungió como vicario general de la Legión, y de Flora Garza Barragán, quien fuera una de las principales benefactoras de Maciel Degollado.
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